TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Las cárceles de Honduras se han convertido en campos de batalla donde los presos obtienen fácilmente armas para perpetrar nutridas y simultáneas balaceras. Las últimas revueltas dejaron un reo muerto que ya fue identificado por las autoridades.
En “El Pozo”, una cárcel de máxima seguridad localizada en Ilama, Santa Bárbara, murió José David Maldonado Ponce (21), confirmó el Instituto Nacional Penitencario (INP). También hubo seis heridos.
Según el historial delictivo, a José le había caído el peso de la ley en marzo de 2021, cuando agentes de la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP) lo detuvieron por extorsión en la colonia El Lolo de Comayagüela.
Bajo su alias “El Maleante”, José, miembro de la Pandilla Barrio 18, ‘amenazaba de muerte a los miembros del sector transporte y dueños de comercios, exigiéndole semanalmente el dinero del cobro de extorsión’, aseguraron en esa ocasión las autoridades.
Ese día le hallaron un arma de fuego y lo acusaron de extorsión y porte ilegal de arma de fuego.
Los hechos violentos del 8 de abril también dejaron 12 presos heridos en las cárceles de La Tolva, El Porvenir y la Penitenciaría Nacional de Támara. Los tiroteos coincidieron con las visitas familiares y conyugales por Semana Santa.
Los heridos en El Pozo fueron identificados como Cristian José Peña Ramírez, Jorge Israel Montoya Flores y William Joel Morales Morales, todos miembros de la Pandilla Barrio 18. También Ever Exzequiel Espinoza, Yoni Mauricio Ventura y Óscar Daniel Lanza, de la Mara Salvatrucha (MS-13).
El informe del INP también detalla que los heridos en La Tolva son: Daibin Joselin Guzmán Cruz, Marvin Israel Ríos Reyes, Brayan Enoc Maldonado, Daniel Otilo Serrato Flores y Oxan Joel Oyuela Zavala, miembros de la Pandilla Barrio 18.
En Támara, por su parte, resultó herido Edwin Oniel Aguilera García.
Autoridades sin control sobre las cárceles
Los reos dejaron en evidencia que ellos ejercen todo el control cuando desde dos centros penitenciarios, denominados de máxima seguridad, protagonizaron balaceras simultáneas que dejaron un reo muerto y 12 heridos.
En instalaciones que supuestamente deberían ser seguras, las armas y los celulares estaban a la disposición de los presos para causar semejantes estragos sangrientos y luego exponer los motivos en canales locales.
“La petición que nosotros le hacemos al gobierno de la República es que la Dipampco (Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra El Crimen Organizado) no siga agarrando más gente y trayéndola a Támara”, expresó uno de los reclusos en una llamada telefónica a un canal local.
“Todo por culpa de esa policía Dipampco, este gobierno no le trae nada al reo, ni papel ni pasta”, agregó.
