ATLÁNTIDA, HONDURAS.- El asesinato del joven estudiante Carlos David Amador Romero durante un asalto en La Ceiba ha dejado luto en la comunidad universitario, pero sobre todo, en su familia, en la que la madre del muchacho lamenta con mucho dolor que haya sido víctima de la delincuencia en el país.
Aracely Romero, entre lágrimas y con un profundo dolor, le dio el último adiós a su hijo en su natal Olanchito, Yoro, donde fueron trasladados sus restos para ser velados.
“Es un dolor grande del que no tienen idea. No sé cómo voy a hacer sin mi Carlos”, lamentó doña Aracely.
La madre describe que Carlos era un buen hijo, cariñoso, callado pero muy educado.
También, mencionó que su hijo le contaba que le tenían mucho aprecio a sus compañeros y maestros de la carrera de Agronomía en el Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (CURLA-UNAH), a quienes agradeció su presencia y su pésame en el sepelio de su vástago.
“Ay hijo, no lograste lo que querías”, expresó, refiriéndose a que no pudo culminar su carrera universitaria, pidiendo a la vez fortaleza a Dios ante esta difícil situación.
Además, recordó que su hijo siempre le decía: “Estoy estudiando para graduarme y trabajar. Yo la voy a llevar a donde yo trabaje”, y esto último fue algo que tampoco pudo cumplir, pues sus metas fueron interrumpidas por la violencia.
Sobre el asesinato
El pasado jueves 8 de agosto, Carlos David fue interceptado por delincuentes, quienes por arrebatarle sus pertenencias le dispararon y huyeron del lugar.
El joven fue trasladado de emergencia al Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, pero a pesar de la intervención por parte de los médicos, no logró sobrevivir a la herida.
La noche del 9 de agosto, los padres de uno de los sospechosos del crimen contra el estudiante llevaron a su hijo a las autoridades policiales, aseverando que son creyentes de la justicia y que debe responder por sus actos.