YORO, HONDURAS.- Un taxista fue asesinado este lunes, en medio de una ola de violencia que afecta al rubro del transporte, que ha dejado de laborar en varias ciudades del país debido a las extorsiones y asesinatos de los que son víctima por parte de grupos delictivos.
El lamentable hecho ocurrió en el municipio de Olanchito, en el departamento de Yoro, zona norte de Honduras, cuando la víctima se encontraba en una terminal de buses.
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El malogrado taxista respondía al nombre de René Torres, quien según versiones, detonó la ira de los malvivientes al negarse a recibir el rótulo extorsivo y servir de mensajero frente a sus compañeros.
Su cuerpo quedó tendido boca abajo, sobre un charco de sangre producto de los impactos de bala que recibió y que le fueron inferidos por hombres que se transportaban a bordo de una motocicleta.
Algunos transeúntes de la zona y compañeros ruleteros levantaron el rótulo y fue ahí cuando se percataron que decía: “De parte de la Pandilla 18, buseros y taxistas van a pagar el impuesto de guerra y negocios en general”.
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Prometen darle pelea a la extorsión
El crimen contra el taxista ocurre precisamente el mismo día en que el ministro de Seguridad, Ramón Sabillón, dijo a medios de comunicación que trabajarán para devolverle la paz a los transportistas y a los usuarios.
“Estamos implementando algunas estrategias que están dando pequeños frutos, no lo suficiente, igual vamos a hacer coordinaciones necesarias porque esto (la extorsión) no debe seguir así”, expresó el funcionario.
El comisionado también manifestó que el problema de la extorsión es complejo pero seguirán trabajando en la prevención, ya que la parte de investigación todavía le compete a la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP).
Asesinatos y paralizaciones
Según las cifras que manejan los líderes de este sector, alrededor de 26 integrantes del rubro han sido asesinados en lo que va del año, situación que hace que cada día salgan a trabajar con la duda si serán los próximos en la lista.
Algunos, incluso han dejado de laborar, pues las amenazas han incrementado en las últimas semanas, obligándolos a dejar de operar. Para el caso, en la capital, luego del asesinato de un conductor de bus de la ruta Campo Cielo-Centro el pasado 6 de marzo, todas las unidades de ese sector dejaron de transitar, obligando a los vecinos a caminar grandes distancias para poder desplazarse a sus destinos o en su defecto, a pagar altas cantidades de dinero por un servicio de taxi directo.
La misma situación se reporta en los puntos de taxis que van hacia colonias como Las Palmas, la Kennedy y La Quezada, esta última, donde el servicio anunció su cierre inminente después de 10 años de existir.
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