TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Ministerio Público emitió requerimiento fiscal la mañana de este lunes a cuatro miembros de la Policía Nacional por suponerlos responsables de la muerte del aficionado de Real España después de que este agrediera brutalmente a una oficial dentro del estadio Olímpico en la pasada final del fútbol hondureño.
Los acusados son: el subcomisario Carlos Roberto Escobar por los delitos de asesinato, tortura, falsificación de documentos públicos y simulación de infracción inexistente.
También el subinspector Luis Armando Sauceda Santos por el delito de encubrimiento de asesinato. A esta lista se le suma el agente de investigación Bayron Patricio Gálvez por los delitos de encubrimiento y tortura.
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La agente Chelssi Patricia Sandres Hernández es la cuarta acusada por falsificación de documentos públicos; ya que elaboró un reporte de una denuncia falsa, según el Ministerio Público.
El MP explicó que para determinar estas acusaciones “concluye que el día del hecho, dos equipos de policías asignados a la extinta Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas se dirigieron a la colonia Nueva Esperanza de San Pedro Sula e ingresaron a la vivienda donde estaba la víctima (aficionado agresor)”.
Así fue el asesinato
El aficionado identificado como Wilson Ariel Pérez Hernández “al ver la presencia de las autoridades salió en veloz carrera por uno de los bordos del río Piedras, mientras los uniformados le realizaban disparos con armas de fuego donde uno de los proyectiles impactó en la espalda del aficionado cayendo sobre la acera”.
“Por lo que los policías lo subieron a la paila del vehículo tipo pick-up el que se conducían, ahí lo sometieron y lo torturaron, cuando lo trasladaban al hospital Mario Catarino Rivas, donde murió”, detallaron las autoridades del MP.
Entre tanto, el dictamen de autopsia determinó que la causa de muerte de Wilson Ariel, fue por una herida por arma de fuego con laceración pulmonar derecha y hemotórax derecho, en donde se logró acreditar además que el arma de fuego encontrada, fijada y levantada en la escena del crimen por la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) corresponde a una pistola, marca Girsan, serie T6368-11 G 00020, que fue hurtada por agentes de la FNAMP en fecha 16 de octubre del 2020 en operativo realizado en Quimistán, Santa Bárbara.
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Sumado a ello, en las inspecciones practicadas se recolectaron dos casquillos metálicos cerca del lugar donde recibió el disparo Wilson Ariel y dos casquillos a inmediaciones donde se encontró el arma antes descrita y al ser comparadas balísticamente, el dictamen concluyó que estos casquillos fueron percutidos por el arma decomisada en 2020, desvirtuando la versión que hubo enfrentamiento o atentado en contra de la autoridad.
“Es un caso en el que se ponen en evidencia las actuaciones arbitrarias de la autoridad policial al tomar revancha en contra el barrista del equipo Real España, quien el 29 de mayo agredió a la inspectora de policía Denia Michelle Contreras Sierra durante la final del futbol hondureño”, concluyen.
El aficionado en la final de vuelta del fútbol hondureño cuando el árbitro silbó el final del partido y declaró a Motagua como campeón, aprovechó que varios barristas invadieron la cancha cuando desmedidamente con una brutal patada dejó caer a una oficial desde las graderías del estadio Olímpico de San Pedro Sula.
La policía resultó ilesa y ya está de vuelta en sus funciones.