Tegucigalpa, Honduras.- Una bomba de gas lacrimógeno habría sido lanzada al módulo antes de que privados de libertad fueran golpeados por militares en la Penitenciaría Nacional, denunció Carlos Chajtur.
En las últimas horas, trascendió que, hace dos semanas, los policías militares encargados de la Penitenciaría Nacional dieron una golpiza a varios reos. Al respecto, Ramiro Fernando Muñoz, jefe de la Comisión Interventora del Instituto Nacional Penitenciario (INP), afirmó en conferencia de prensa que “ya se les acabó el tiempo a ellos”.
Muñoz justificó que la fuerza es una medida que puede considerarse en todo el mundo cuando los privados de libertad infringen las normas. “Si alguien se gana un toletazo, es algo que sucederá en cualquier parte del mundo si no respetan la ley en el presidio”, expresó.
Carlos Chajtur, abogado del extraditable hondureño José Rafael Sosa Méndez, uno de los agredidos por uniformados en el módulo de máxima seguridad, denunció que a su cliente, junto con otros reos, los obligaron a derribar los portones tras lanzarles gas lacrimógeno para que se asfixiaran.
“Esta situación ocurre por el mal manejo del sistema penitenciario en general. En Honduras tenemos a una persona que fue nombrada como presidente de la Comisión Interventora y que, lamentablemente, ha llevado a cabo la peor administración de los centros penitenciarios en la historia del país”, lamentó el abogado, refiriéndose a Muñoz.
El togado relató que el hecho se registró el 11 de noviembre, cuando la Policía Militar del Orden Público ingresó a los módulos de segregación y, sin que se presentara ningún disturbio, lanzaron dos granadas. “Los privados de libertad comenzaron a asfixiarse y, obviamente, en un intento de sobrevivencia, derribaron los portones para salir al exterior, dentro del mismo módulo, no fuera del centro penal”, explicó.
El defensor privado añadió que, en ese momento, “la Policía Militar estaba afuera de los módulos esperándolos para golpearlos, bajo la justificación de que derribaron los portones”.
En el hecho resultaron con fuertes golpes el estadounidense Gilbert Reyes, implicado en el asesinato de tres mujeres en Roatán; José “Chepito” Handal, condenado a 16 años por lavado de activos; el exadministrador de la Pandilla Barrio 18, Jesús Valmaña Cruz, condenado a 63 años por diversos delitos; y el exjugador de fútbol Óscar “El Pescado” Bonilla, condenado a 11 años por tráfico de drogas.
También se reportó entre los agredidos al extraditable José Rafael Sosa Méndez, alias “Chafalo”, a quien le fracturaron un diente y le rompieron el labio.