TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Rota en llanto, la exprimera dama, Rosa Elena Bonilla, despidió este viernes a su hijo Said Lobo, quien falleció el jueves -junto a tres personas- en una masacre en el bulevar Morazán.
“Yo quiero que todos lo recuerden así como era de campechano, él fue niño, fue joven, era una buena persona y así lo vamos a recordar”, inició diciendo la esposa del exmandatario Lobo Sosa en el cementerio del sector de El Chimbo, en Santa Lucía, Francisco Morazán.
“Me han quitado parte de mi vida, destruyendo nuestra familia. Nosotros no le hacemos nada a nadie”, agregó entre sollozos, sosteniendo entre sus manos un retrato del joven.
Con la voz entrecortada, Rosa Elena agradeció a sus familiares, amigos y allegados por acompañarlos en este difícil momento, como ella misma lo describió. “Solo les pido que oremos por mi hijo, por nuestro hijo”, dijo mientras miraba a Porfirio Lobo a su lado izquierdo.
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Said Lobo, de 23 años, fue velado la noche de jueves y enterrado en horas tempranas de este día.
Rosa Elena Bonilla recibió un permiso provisional de 24 horas por parte del Instituto Nacional Penitenciario para salir de la cárcel de mujeres en Támara y así poder sepultar a su hijo. Sin embargo, este viernes deberá volver a reclusión, donde ha permanecido desde que fue acusada de fraude y apropiación indebida.
Además de Said, su chofer Norlan Enrique Rivera Rodríguez, y sus amigos Luis Zelaya (sobrino del exmiembro de las Fuerzas Armadas Romeo Vásquez Velásquez), y Salomón Vázquez pedieron la vida en un crimen a sangre fría.
Hasta los momentos se desconoce el paradero de los responsables del trágico hecho, pero las autoridades están realizando fuertes operativos y allanamientos para hacer justicia en el caso que hoy enluta a 4 familias hondureñas.
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