TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los familiares de Ana Lizeth Hernández Cantillano recuerda con impotencia las señales de alarma que vieron entre el comportamiento de la joven y su esposo y afirman que pese a todos los llamados que le hicieron para que no se dejara maltratar ella no atendió las recomendaciones.
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Ana, de 32 años, fue encontrada muerta dentro de su casa ubicada la colonia Villa Foresta situada en la salida al sur de Tegucigalpa, capital de Honduras.
El mayor de las Fuerzas Armadas, Allan Antonio Franco Méndez, llamó a sus suegros el 19 de marzo para informarles que la joven, que laboraba en la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), había tomado la decisión de suicidarse con un disparo en la cabeza, pero ellos no creen en esta versión.
Los parientes de Ana sostienen que el principal sospechoso es Franco Méndez, pues afirman que ya había un historial de abusos y maltratos.
“Mi hermana sufría muchísimo de violencia psicológica, era una mujer fuerte pero ante él y ante los maltratos verbales que él le hacía se mostraba sumisa, ante las humillaciones se mostraba sumisa”, dijo Angie Hernández durante una entrevista con Hoy Mismo.
“En diferentes ocasiones le logramos ver moretes en las piernas, en los brazos y mordidas feas y nosotros le decíamos: ‘¿Qué te pasó, Anita?’ y ella decía: ‘Es que así juega Franco’, justificando cada una de los actos que él hacía”, agregó la joven, que en múltiples ocasiones le habría aconsejado no dejarse tratar mal, pero siempre recibía una respuesta que justificaba la situación.
“Como él es militar ellos están acostumbrados a ser así de toscos”, decía Ana Lizeth para convencerla de que no había nada extraño sucediendo en la relación de pareja que había cultivado durante 12 años con el uniformado.
La madre de Ana, Suyapa Cantillano, también recordó en entrevista con otro medio de comunicación, que ella misma fue testigo del maltrato verbal que su hija mayor recibía por parte de su cónyuge.
“Yo estuve una semana con ella allá, yo decidí irme porque miré violencia por parte de él, como que la manipulaba, mi hija era como sumisa, entonces yo mejor me vine porque si yo le contestaba algo (a él), por ejemplo que si ya no la quería que se fuera porque la casa era de mi hija, yo pensaba: ‘voy a causar un problema’”, dijo devastada.
“Él es el responsable, no puedo dar detalles de la investigación, pero independientemente de los resultados de la autopsia, nosotros estamos seguros que él fue”, sostuvo Angie, quien espera que su cuñado sea acusado por el delito de femicidio, pues de momento solo enfrenta el de portación ilegal de armas, ya que le fueron encontradas municiones, armas y granadas en su casa de residencia.
A las mujeres “no les regalen flores, regálenles que no sean violadas, que no las maten”, instó por su parte el padre de Ana a los hombres de Honduras.