San Marcos, Honduras.- Familiares, amigos y conocidos se encuentran lamentando el fallecimiento de Ángel Ariel López Mejía, de tan solo 15 años de edad, quien presuntamente murió a manos de agentes de la Policía Nacional el pasado domingo 6 de abril en San Marcos, en el departamento de Ocotepeque.
Según los recientes testimonios de testigos y familiares, Ángel y su amigo regresaban a casa después de traer comida. "Ayer, ellos andaban trayendo comida para comer. Los dos jóvenes al ver a la policía se paniquearon y dijeron a corrérsele a la policía", manifestó una mujer con la que trabajaba el menor.
"Yo entiendo que eso es contra la ley, pero hay métodos para considerar antes de hacer las cosas", agregó la fémina.
De acuerdo con la versión del oficial proporcionada por el jefe departamental de Ocotepeque, Miguel Ángel Villatoro, un agente disparó al suelo y luego comenzó una persecución.
Sin embargo, muchos cuestionan esta narrativa, ya que una bala impactó en la cabeza de Ángel, perforando su cráneo y causando su muerte horas más tarde en el Hospital Mario Catarino Rivas.
Justicia
La mujer con la que trabajaba con Ángel López, lo describió como un joven "trabajador y sin vicios" y que "tenía sueños y esperanza". En ese sentido, la comunidad se encuentra consternada por su muerte y piden que se haga justicia.
La evidencia presentada por los forenses sugiere que había residuos de plomo en el cráneo del joven, según la información proporcionada por la mujer que trabajaba con el menor.
En redes sociales, la noticia ha generado un fuerte debate. "El niño tenía una bala en la cabeza. Qué vergüenza de autoridades, las de este país"
Mientras tanto, el agente involucrado ha sido puesto a disposición de las autoridades de Ocotepeque, para iniciar una investigación, aunque la población en redes sociales teme que la muerte de Ángel se quede en la impunidad.