Sucesos

Vinculan a hondureños con secta que provoca pánico en Nicaragua

En la zona fronteriza entre Nicaragua y Honduras,
supuestos miembros de una secta se habían enfrentado con
la Policía y Ejército del vecino país. Diez personas murieron.

07.12.2013

El pánico se ha apoderado de los pobladores de Ayapal,
una comunidad de San José de Bocay,
en la zona fronteriza entre Nicaragua y Honduras,
luego de que supuestos miembros de una secta protagonizaran una balacera con miembros de la Policía y Ejército del vecino país, en la cual murieron diez personas.

De acuerdo a medios nicaragüenses, entre los muertos figuran tres hondureños,
quienes habrían pertenecido a dicha secta, en la cual se les instruye a la desobediencia civil, no reconocer a las autoridades, no apoyar jornadas de vacunación o de salud, y tampoco aceptan transfusiones de sangre.

De acuerdo al reporte oficial, el grupo se concentra en las comunidades de Parpar, Parparcito, Montecristo,
donde se supone funciona una iglesia de la denominación William Bran, que estaría alentando a los campesinos a dejar todos sus bienes y los incita a la violencia.

Se dice además que sus integrantes vendieron todas sus pertenencias, por lo que al verse sin nada, habrían llegado al pueblo a robar y buscar de qué vivir.

Las autoridades aseguran que doce delincuentes, entre los tres hondureños,
saquearon varios establecimientos comerciales y luego se enfrentaron con policías y militares.

Por su parte, los pobladores de la zona señalan que los desconocidos son miembros de la secta, que llegaron “como endemoniados” pero sin armas a intentar robar, informó La Prensa de Nicaragua.

La secta Mensaje de Restauración
tiene presencia en comunidades mayangnas y misquitas de Jinotega, a unos 160 kilómetros de Ayapal, desde hace más de tres años.

Según fuentes nicaragüenses, sus líderes pudieron haber llegado de Honduras
a estas comunidades indígenas de la Zona de Régimen Especial.

A supuestos miembros de esta secta se les atribuye el saqueo del mediodía del miércoles en varios comercios de Ayapal.

La vocera de la Policía de Jinotega, comisionada Rosa María Herrera Chavarría, confirmó que los compatriotas muertos respondían a los nombres de Efraín, Ismael y Enoc Almendárez Herrera
de 32, 38 y 29 años.

Los cadáveres, junto a los de los otros siete fallecidos de nacionalidad nicaragüense, fueron sepultados la noche del jueves en una fosa común en el cementerio de Ayapal, ya que se encontraban en estado de descomposición y no podían ser trasladados hasta sus comunidades de origen.

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