No era una mansión ni mucho menos, para algunos quizá una simple chocita, otros en cambio podrían haber llegado a pensar que dentro de las humildes cuatro paredes no era posible que viviera una familia completa.
Sin embargo, para la pequeña familia de don Santos Rodríguez era todo lo que tenían hasta este miércoles, cuando un voraz incendio iluminó los alrededores, a costillas de la vieja madera con la que estaban levantadas las paredes, pero apagó la luz de un hogar que guardaba años de esfuerzo y trabajo.
Todo ocurrió la mañana de este día, cuando doña Melba Aguilera, una ama de casa y madre de dos pequeños, salió en dirección al molino, adonde se dirigió para 'quebrar' maíz y así tenerle las tortillas hechas a su esposo e hijos en el almuerzo.
'Yo iba para el molino a moler el maíz, para tenerle comida a ellos, cuando venía de regreso, me grita una gente y me dice 'apúrese que se le está quemando su casita'', narró con la voz entrecortada la desconsolada madre de familia.
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'¿Y ahora qué vamos a hacer?'En medio de los escombros y con el humo aún saliendo de los restos de camas, juguetes y utensilios de cocina, doña Melba, acompañada de sus pequeños de seis y nueve años, solicitó el apoyo de las personas solidarias para que la ayuden a levantar de nuevo un hogar para su familia.
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'Yo le pido al presidente que nos ayude, porque nos quedamos sin nada', expresó, mientras su voz hizo pausa por un instante y cuando quiso volver a hablar, sus lágrimas lo hicieron por ella. Estaba destrozada, al igual que su vivienda.
'¿Y ahora qué vamos a hacer?', se preguntaba el patriarca de la reducida familia de cuatro integrantes. Don Santos, quien prefirió ocultar su dolor y alejarse unos cuantos metros de donde estaba levantado su lugar favorito en el mundo, su casa, trató de seguir siendo la imagen fuerte de su hogar.
Sentado sobre una piedra, mientras aún percibía el calor de la tierra generado por las feroces llamas, se tapaba el rostro y trataba a toda costa de ocultar su llanto.
'Lo perdí todo, papa', nos confesó, con una mezcla de sensaciones tristes que denotaban su dolor. 'Aquí lo que toca es ponerse fuerte', decía, tratando de darse ánimos, pero sus lágrimas lo delataban.
Esta familia se encuentra literalmente en la calle, por lo que esperan que personas de buen corazón les brinden su apoyo para reconstruir su casa, en la colonia Enmanuel, ubicada en la zona de la Cataluña, salida a Olancho.
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