TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con el propósito de aportar un granito de arena al medio ambiente en esta cercana Navidad, el Centro de Arte y Cultura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (CAC-UNAH) lleva a cabo un verde proyecto de elaboración de árboles a base de botellas de plástico.
Una ecológica y mágica Navidad
El brillante y auténtico proyecto que, calurosamente abraza a los capitalinos, se realiza desde el 2015, por lo que esta es la tercera edición de su ejecución.
Este 2018, el contagioso plan se lleva a cabo en seis barrios deprimidos de la capital: Sipile, El Centavo, Bella Vista, Villa Adela, Perpetuo Socorro y Lempira.
A esta lista, también se suma el Parque El Obelisco y Parque La Libertad, sitios en donde grandes y pequeños podrán apreciar el talento plasmado en la sorprendente creatividad de los estudiantes de cuatro escuelas que han dicho ¡presente! a esta memorable iniciativa.
VEA: El maravilloso encanto de la Navidad plasmado en tradicional y mágica decoración
Idea fundamental
Lo destacable de este mágico ingenio es que pretende involucrar a las comunidades para que tengan un espacio de convivencia y que sea la que siempre reine en el corazón de cada uno de sus vecinos.
La ejecución de los coloridos “arbolitos” que inició desde el 15 de octubre pasado, es conformada por un total de 492 botellas de plástico -llenadas de anilina en diversas tonalidades- que logran formar la figura que todos las niños capitalinos anhelan ver para esta esperada época: El árbol de Navidad.
Cabe destacar que los árboles navideños están siendo decorados con adornos también hechos de plástico.
VEA: Comerciantes se preparan con ambiente navideño en el centro capitalino
Inauguración
El próximo 17 de noviembre se llevará a cabo la inauguración del primer árbol ubicado en el barrio Villa Adela, en donde se colocarán decenas de luces navideñas en colaboración con la Alcaldía Municipal.
En la fecha en que se enciendan los distintos árboles, se realizará un concierto de música popular que unirá a los vecinos de estas áreas subdesarrolladas, permitiéndoles pasar una verdadera ¡Feliz y bendecida Navidad!, después de reutilizar lo que los demás capitalinos desechan de sus hogares.