Protección de vidas
TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El calvario por la falta de suministro de agua potable es un problema que no solo aqueja a los capitalinos, sino que también se ha extendido a los municipios vecinos.
La huella del fenómeno de El Niño y la larga canícula dejó como resultado que los afluentes y nacimientos de agua que han nutrido del vital líquido a estas comunidades se encuentren casi secas.
Los municipios de Cedros, Cantarranas, Valle de Ángeles, Santa Lucía, Tatumbla y Talanga se encuentran en la lista de los más afectados por la falta de agua para sus habitantes.
Por ejemplo, en el municipio de Cedros, las cuatro represas han quedado en niveles críticos, por lo que las autoridades edilicias han tomado acciones de emergencia, como la compra de agua de pozo para distribuirla a la población en carros cisterna municipales.
“No hay agua, la situación se está agudizando, la Alcaldía subsidia a diario cada barrio y colonia con dos pipas de agua”, explicó David Castro, alcalde de Cedros.
Mientras tanto en Valle de Ángeles, la Unidad de Saneamiento y Agua Municipal (USAM) ha emitido racionamientos cada cuatro días, pues el embalse Miravalles se secó producto del bajo caudal.
Según la coordinadora de la USAM, Karen Reyes, las comunidades de Cerro Grande y La Cañada son las más afectadas al igual que los barrios periféricos del casco urbano.
En Cantarranas y Tatumbla, la situación es igual de lamentable, pues las autoridades dependen de que llueva para salir de la crisis hídrica.
Analizan alerta
Para este fin de semana, las autoridades de Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) estiman que lloverá de manera moderada y leve y compartirán los pronósticos con las autoridades del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) para determinar si hay cambios en los horarios de racionamiento en la capital.
Además, se analiza declarar una alerta amarilla por la falta de lluvia, pero enfocada a la seguridad alimentaria.
Por su parte, Roque Andrade, jefe del Subsistema de la represa Los Laureles, explicó que debido a una falla en la red de distribución, vecinos de los sectores como la Flor del Campo recibieron agua con una tonalidad alterada e incluso con una especie de sedimento, pero aclaró que no se trata de agua contaminada.
