TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Aunque la situación económica de los hondureños no termina de sanarse por completo pese a la reactivación de los comercios, eso no ha sido un impedimento para los capitalinos devotos y respetuosos de las
tradiciones navideñas.
La más arraigada en la capital son los memorables nacimientos -también conocidos como pesebres- que se traducen a una escenografía que conmemora el nacimiento del Niño Jesús, y cuya principal cualidad es que se exhiben en las fiestas decembrinas. Esta tradición es significativa para la Iglesia Católica y centenares de familias que se congregan en ella.
Nacimientos hay desde los más pequeños y sencillos hasta los más grandes y creativos, pero el denominador común entre ambos es el significado de unión familiar que sus creadores le dan. VEA: Siete recomendaciones que debes tomar en cuenta para Navidad y Fin de Año
Ese es el caso de Cristhian Edgardo Cruz Barahona, de 42 años de edad, quien tardó 15 días en hacer un nacimiento en la casa de su madre en el barrio Villa Adela.El capitalino conversó con EL HERALDO y relató que la elaboración de los nacimientos es una tradición que lleva consumándose por tres largas generaciones en su familia. Recientemente, Cruz perdió su empleo, pero asegura que visitar a su madre y contemplar el nacimiento le trae paz y aviva su fe.
A esa costumbre se suma Christopher Essaú Montalván López, quien radica en Residencial Plaza, lugar donde lleva alrededor de 15 años elaborando nacimientos, no solo en su hogar, sino también en la iglesia El Calvario de Comayagüela, “y cada año, lo modifico con un diseño que surja en el preciso momento que lo voy armando”, aseguró el creativo ciudadano.
Para el padre Juan Ángel López, portavoz de la Conferencia Episcopal de Honduras, los nacimientos navideños juegan un papel fundamental porque unen a las familias y permiten renovar la fe de cada integrante.
La más arraigada en la capital son los memorables nacimientos -también conocidos como pesebres- que se traducen a una escenografía que conmemora el nacimiento del Niño Jesús, y cuya principal cualidad es que se exhiben en las fiestas decembrinas. Esta tradición es significativa para la Iglesia Católica y centenares de familias que se congregan en ella.
Nacimientos hay desde los más pequeños y sencillos hasta los más grandes y creativos, pero el denominador común entre ambos es el significado de unión familiar que sus creadores le dan. VEA: Siete recomendaciones que debes tomar en cuenta para Navidad y Fin de Año
Tradición
Son diversas las familias que se preocupan por mantener viva esta tradición y aunque su elaboración representa algo de complejidad, la fe y el amor con el que se disponen a hacerlo disipan las dificultades y abren paso a un mar de ideas que al final resultan en verdaderas obras creativas y que propios y extraños desean apreciar de cerca.Ese es el caso de Cristhian Edgardo Cruz Barahona, de 42 años de edad, quien tardó 15 días en hacer un nacimiento en la casa de su madre en el barrio Villa Adela.El capitalino conversó con EL HERALDO y relató que la elaboración de los nacimientos es una tradición que lleva consumándose por tres largas generaciones en su familia. Recientemente, Cruz perdió su empleo, pero asegura que visitar a su madre y contemplar el nacimiento le trae paz y aviva su fe.
A esa costumbre se suma Christopher Essaú Montalván López, quien radica en Residencial Plaza, lugar donde lleva alrededor de 15 años elaborando nacimientos, no solo en su hogar, sino también en la iglesia El Calvario de Comayagüela, “y cada año, lo modifico con un diseño que surja en el preciso momento que lo voy armando”, aseguró el creativo ciudadano.
Para el padre Juan Ángel López, portavoz de la Conferencia Episcopal de Honduras, los nacimientos navideños juegan un papel fundamental porque unen a las familias y permiten renovar la fe de cada integrante.
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