Tegucigalpa

Abuelitos piden a familiares que los visiten en las fiestas de fin de año

Pañales, toallas húmedas, rasuradoras, talco, crema, sandalias de baño, parches de Fucidin, Ensure advance e Incaparina son algunos insumos que los capitalinos pueden donar al asilo del hospital San Felipe
28.12.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-“Sí... que vengan a visitarnos, nuestros días son más alegres cuando hay visitas”, dijo la extrovertida y alegre Lucila Dalila Pérez, una de las cuarenta personas que residen en el asilo de ancianos del hospital San Felipe.

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La dulce abuela no esperó que el equipo de EL HERALDO iniciara la conversación para expresarnos la emoción que sentía de estar acompañada durante una visita al lugar que considera su hogar.

“Mira mis uñas, me encanta este color y me gusta cómo me peinan”, agregó con bastante serenidad la dulce abuela, pese a que tiene un diagnóstico de esquizofrenia y fue abandonada por su familia hace más de 30 años.

De su lado, María del Carmen, quien lleva cinco años en el asilo, aseguró sentirse en el lugar como en casa.

Dalila Pérez se distrae tejiendo y para esta Navidad anhela que le obsequien unos audífonos.

“Nos cuidan, nos tratan bien, nos atienden, somos una familia”, dijo la sexagenaria al tiempo que invitó a la población a visitarlos en estas fechas.

“Las puertas están abiertas. Su presencia es maravillosa y cada visita nos alegra”, agregó.

Pese a las buenas atenciones por parte del personal del hospital San Felipe, los abuelitos no pueden ocultar la nostalgia y el dolor al recordar que fueron abandonados a su suerte en el lugar.

Anarda Navarro, la paciente más longeva del lugar, con 94 años de edad, trajo a su memoria que la pérdida de su casa en colonia La Rosa, sumado al fallecimiento de uno de sus hijos a causa del covid-19, fueron los detonantes para que fuera ingresada al asilo.

“Recuerdo que lloré toda una noche y le pedí a Dios que me diera un lugar donde vivir”, dijo conteniendo el llanto. Al sentimiento de nostalgia se suma Servio Tulio Rubio, quien a raíz de un fuerte dolor en su mano izquierda fue trasladado al asilo para que tuviera acceso a atención médica debido a que perdió todo antes de su ingreso.

“Aquí me siento bien, pero es duro estar lejos de la familia”, lamentó. La doctora Ligia Sosa, al igual que los pacientes, enfatizó que la atención es digna y se optimiza cada recurso que reciben, pero aún faltan detalles que mejorar como el tema de la infraestructura del asilo, indicó.

Finalmente, invitó a la población a visitar a este vulnerable grupo de la población que merece un fin de año en un ambiente familiar.

Los pacientes del asilo también tienen tiempo para disfrutar de juegos de azar o de mesa.