TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En la ciudad, donde el bullicio de la urbe se une con la vorágine de las noticias, un grupo de héroes anónimos celebra hoy su día como canillitas.
Desde las primeras luces del alba, con valentía emprenden su travesía diaria cargados con la información fresca de país, ni la lluvia ni el sol detienen la misión de mantener vivas las noticias impresas.
Y es que entre el apogeo del mundo digital, los canillitas se esfuerzan para evitar que el vínculo entre el papel informativo y el lector ávido de información se pierda.
Juan Arévalo, fundador de la Asociación Nacional de Canillitas de Honduras (Asonach), rememora aquel 9 de noviembre de 1991 y la personería jurídica 184-91 que dio vida a la asociación que hoy cumple 32 años de existir.
Como un libro se abre y relata a EL HERALDO las dificultades en el negocio, sin embargo no todas sus páginas plasman tristeza ya que gracias a la venta de la realidad escrita en los periódicos logró sacar adelante a todos sus hijos.
“Les mandamos un mensaje a nuestros compañeros de la asociación y al público en general y es que nos sigan apoyando, dependemos de las ventas de periódicos para el sustento de nuestros hogares”, mencionó Arévalo, el veterano canillita de 72 años que reparte información en el casco histórico de la capital.
María Flores, actual presidenta de la Asonach, también dio voz a sus pensamientos y además de los sacrificios realizados, agradeció el apoyo de los fieles clientes lectores que mantienen viva la pasión por la prensa escrita.
“Los clientes que aún rechazan la tecnología nos explican que ellos seguirán leyendo en papel. En su mayoría son personas adultas, por eso ahora también vendemos libros”, comentó con orgullo.
En su aniversario número 32, los canillitas merecen un aplauso por su contribución inquebrantable a la comunidad y desde la Sala de Redacción de EL HERALDO festejamos su día.
