TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Ejecutar obras viales con el objetivo de intentar mejorar la movilidad vehicular provocó en los últimos ocho años el corte de 991 árboles en el Distrito Central.
Datos analizados por EL HERALDO indican que en promedio, durante los 2,923 días de la administración de Nasry Asfura, se cortó un árbol cada tres días.
A través del memorandum No. UGA-394-2022, este rotativo conoció que la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) de la comuna recibió entre el 2014 y 2021 un total de 38 expedientes (por igual número de proyectos de infraestructura) para notificar el corte de los árboles.
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Las solicitudes fueron realizadas por doce personas jurídicas y hay que destacar que la mayor cantidad de cortes derivaron del fallido proyecto del Trans-450.
Para este proyecto, según los datos disponibles en la UGA, en su momento la Alcaldía autorizó el corte de 334 árboles, es decir, el 34% de cortes derivaron del cuestionado proyecto que aún no inicia.
Justificación
“De todos los proyectos que empezamos desde el 2014 logramos trasplantar 2,500 árboles... Miremos el gasto de combustible, por no tener una vialidad en la ciudad se generan gases que hacen el efecto invernadero.
Esos golpean directamente en el cambio climático, no miremos el concreto simplemente como concreto, entre más mejoramos nuestra vialidad, menos emisión de gases de los carros”, argumentó el otrora alcalde Nasry Asfura el 16 de marzo del 2019.
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Más allá de las declaraciones, hay que resaltar que la documentación en poder de este medio da cuentas del trasplante de 1,852 árboles entre 2015 y 2021, y no los 2,500 que “Tito” indicó en marzo del 2019.
Edwin Sánchez, gerente de la UGA, indicó que todo árbol cortado se perdió y los trasplantes en su mayoría tuvieron el mismo destino.
“No es solo dar prioridad al cemento porque se genera un déficit de árboles, las obras se hacen de manera paralela con el sistema arbóreo”, instó.
En cuanto a la teoría de prevención del efecto invernadero con más concreto, explicó que los árboles capturan monóxido de carbono durante el día para liberar oxígeno por la noche (fotosíntesis), además la pasada administración no presentó ningún dato al respecto.
“Se tuvo que realizar un inventario de gases de efecto invernadero, también de la flota vehicular, no se sabe si son viejos versus la popa de un árbol ya que un ficus benjamina puede ser más útil que poner más rápida la movilidad de vehículos”, expuso.
Sobre el tema, Cristopher Castillo, coordinador de Alternativa de Reivindicación Comunitaria y Ambientalista de Honduras (ARCAH), resaltó que la línea extractivista siempre estuvo a la par de proyectos que dañan la naturaleza.
“Tenemos una Tegucigalpa que le da la espalda al río y problemas de naturaleza... el corte de árboles no solo es algo de paisajismo, es algo que tiene que ver con la salud pública”, indicó.
A su criterio, el pensamiento capitalista de los últimos gobernantes quitó todo sentimiento hacia la naturaleza y tornó gris su visión, similar al concreto utilizado para cada proyecto. “Esperamos que las nuevas autoridades sí tengan buen corazón”, concluyó.
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