TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A las 7:00 de la noche, Martha culminó su clase de Español y al salir del aula apresuró sigilosamente sus pasos, pues a través de sombras notó que sutilmente dos sujetos la perseguían. En su mente solo cruzó la idea de un asalto o una situación peor...
Su corazón se aceleró, en milésimas de segundos recordó varios hechos violentos a estudiantes. Pese a que la noche era fría, la escalofriante situación provocó que su acalorado cuerpo exhalara sudor.
Comenzó a pedir a Dios que la cubriera y que no pasara lo que ella se imaginaba: un asalto o una violación.
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Unos metros después se materializó la primera de estas acciones dentro de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Cuando la estudiante de 19 años caminaba por uno de los tramos oscuros y desolados fue sorprendida por dos tipos de contextura delgada, estatura media y semblantes adustos.
“Dame solo lo de valor. Si llamás la atención, te corto”, le advirtieron los asaltantes a Martha (nombre ficticio), mientras que ella en medio de su miedo solo se despojó de su celular valorado en unos 6,000 lempiras y su mochila en la que guardaba sus cuadernos.
Este solo es uno de los muchos casos dentro de la UNAH que han reportado los universitarios a este rotativo y en redes sociales y que ha generado un clima de miedo entre estudiantes y padres de familia, pues ni dentro de la máxima casa de estudios se está seguro.
Ante estos hechos, que se han repetido en los últimos días tras el supuesto intento de secuestro a una estudiante , un equipo de EL HERALDO ingresó a la universidad para comprobar la frágil seguridad en la que, según denuncias, estos ilícitos suceden más de noche por falta de seguridad y alumbrado.
El equipo periodístico efectuó su ingreso pasadas las 6:30 de la tarde a la UNAH, mientras las nubes grises indicaban que en cualquier momento la lluvia sería parte de este recorrido en las zonas denominadas peligrosas.
El recorrido
“Carné de estudiante, joven”, solicitó uno de los dos guardias que se encontraban en la entrada principal de Ciudad Universitaria. Al mostrárselo, accedió al ingreso a uno de los tres integrantes de este rotativo.
Para el ingreso de los dos restantes, se le explicó que “eran mis acompañantes para realizar un trabajo de clases dentro de la U”. Sin más preguntas y sin revisión alguna, el uniformado de camisa blanca, pantalón negro y un tolete sujetado a su cintura hizo una seña no verbal para dar luz verde al ingreso.
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No realizamos ni tres pasos cuando se escuchó una advertencia del guardia: “Solo me hacen el favor de no grabar adentro porque está prohibido”. Esto lo alertó ante el evidente equipo logístico de EL HERALDO para ejecutar su trabajo dentro de este complejo.
Solo en este primer paso se evidenció la vulnerabilidad de las medidas de seguridad, pues con este argumento o excusas como “vengo a dejar dinero a una hermana que está adentro” o “solo vengo por información”, los guardias de la Autónoma permiten el ingreso de cualquier particular y entre ellos se mezclan los asaltantes que aterrorizan a los estudiantes.
Estas endebles medidas persisten, aunque en días anteriores el vicerrector Áyax Irías aseguró que habrá “mejores controles de ingreso”.
Zona del supuesto secuestro
EL HERALDO realizó el primer sondeo en el edificio F1 en el que el pasado 13 de junio trascendió un intento de secuestro a una estudiante, pero horas más tarde las autoridades de esta universidad desacreditaron esa información.
EL HERALDO obtuvo acceso a los grupos de WhatsApp de la seguridad interna de la UNAH en el que al momento de este percance la encargada de estos uniformados solicitó información preliminar, vía esta aplicación de mensajería, sobre lo sucedido con la estudiante.
“¿Quiero saber quién está de guardia en el edificio F1, que ocurrió un incidente y necesito saber quién estaba ahí”, preguntó, a través de un audio, Lissie R. (según guardias) encargada de la seguridad interna de la universidad.
“Buenos días Lissie, soy Adolfo. Ahorita estaba comunicándome con el compañero Oscar Leonel Medina que es el que está asignado en el edificio F1 y él me está comentado que hasta ahorita no ha pasado ningún incidente. Se dio cuenta de alguien que andaba uno de los estudiantes tirando gas en los ojos a los mismo compañeros de los mismo grupos que están alrededor del edificio”, contestó otro sujeto en el mismo WhatsApp.
“Ese audio me lo mandaron el grupo de seguridad porque nosotros estamos coordinados con una licenciada que es jefa de nosotros, entonces ella preguntó que si había ocurrido un incidente en el F1, entonces el responsable de ese edificio reportó de que se había presentado un problema, pero que era entre ellos los estudiantes que se llevan ahí que andan molestando echándose gas”, explicó un elemento de la seguridad interna al que se lo omite el nombre por riesgo de represalias en su contra.
Aunque el hecho sucedió a plena luz del día, los reportes de los universitarios indican que por la noche es cuando ocurren más altercados.
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EL HERALDO recorrió los cuatro pisos del F1 (lugar de este incidente) y en más de media hora no se detectó presencia alguna de la seguridad privada e interna que mantiene la universidad.
También se comprobó que la floja seguridad que se brinda se presta para cometer las acciones de las que se denuncian en redes sociales, pues dos de los miembros del equipo periodístico ingresaron a los solitarios baños y aulas de los diferentes edificios, que son 25 en total, dejando latente el riesgo para quien de verdad solo busca cometer un atentado ilícito.
Después de más de una hora de recorrido, se constató la falta de seguridad pese a que las autoridades prometieron mayor cantidad de elementos.
También la falta de alumbrado público en algunos puntos y mejoras en otros son los eslabones que por ahora son cómplices de los actos violentos que se cometen dentro de la UNAH.
Confirman dos asaltos
Las áreas verdes, pasillos, edificios y calles oscuras se convierten en agravantes del temor por el que pasan los universitarios.
Pero tanta denuncia en redes sociales y algunos de los casos que este rotativo recopiló quedan ínfimos en relación con los datos oficiales del Consejo de Seguridad de la UNAH, donde solo registran dos asaltos en los últimos cinco años.
“De qué sirve que denuncie si no resuelven nada”, “Solo es perder el tiempo”, lo anterior solo son dos de los muchos argumentos que se recopilaron de los universitarios al consultarles el porqué no denuncian estos hechos ante las autoridades universitarias o entes encargados de estos en Honduras.
De su lado, Irías explicó a EL HERALDO que “este tema de la inseguridad es un fenómeno que afecta a toda la sociedad en general. Vivimos en un país totalmente inseguro y la Universidad no está vacunada para que no ocurran hechos en el marco de ese contexto”.
Pero para consuelo comparó que “cualquier estudiante de la universidad está más seguro aquí adentro que allá afuera”.
“Los que se plantean que hay robos, violaciones y que hay asaltos sería bueno que presentaran las evidencias concretas de quiénes, cuándo, dónde, cómo, porque en lo que llevamos de este tiempo solo llevamos dos asaltos que se han suscitado últimamente. Hasta en las universidades de Estados Unidos entran a matar”, aseveró.
El equipo de EL HERALDO planteó a las autoridades de la UNAH, vía llamada telefónica, la frágil seguridad que constató a través de un recorrido en la Ciudad Universitaria: a primera instancia se mostraron renuentes a declarar sobre el tema.
Sin embargo, minutos más tarde, el vicerrector Irías y otras autoridades citaron al equipo periodístico en el edificio Alma Máter para así aclarar su postura sobre lo que consideran una “preocupante situación”.
En medio de la conversación presencial, después de reconocer esta crisis interna, adelantaron a este rotativo que para “salvaguardar la comunidad universitaria se decidió cambiar la empresa de seguridad”.
Además, las autoridades también reconocen que esta problemática se debe a los recursos económicos que el Estado les adeuda desde 2020.
“Tampoco contamos con los recurso suficientes. La Universidad ni siquiera está recibiendo el 3% del seis que le corresponde. Tenemos que estar priorizando porque nos deben 460 millones del años pasado, 260 millones del año ante pasado, más lo de este año, entonces los recursos también son limitados y eso nos restringe de muchas cosas. Esa es una variable que nos está afectando en todos los sentidos, no solo en la materia de seguridad”, excusó Irías.
Hasta el primer trimestre de 2022 suma 935 millones de lempiras la deuda que el Estados mantiene con la UNAH, dijo el rector Francisco Herrera.
Aunque las estadísticas recopiladas no reflejen la realidad de la falta de seguridad a lo interno de la Autónoma, no se contempla volver a la virtualidad ante esta agraviante, aclaró Irías.
Entre tanto, este rotativo indagó con catedráticos de la casa de estudios y algunos de ellos tomaron la decisión de solo dar clases virtuales, mientras que los padres de familia han tomado la decisión de no mandar a sus hijos a la UNAH.
Seguridad privada entrante
Armando Sarmiento, secretario ejecutivo de Desarrollo Institucional, y parte del comité de asesoría técnica, dijo que “nosotros acabamos de hacer una encuesta y hay mucha preocupación de la comunidad universitaria por la situación de la seguridad que no es subjetiva. Esa política de acceso que hemos tenido hasta el momento que ha dado resultado, requiere una actualización y es lo que vamos a anunciar (este) lunes”.
Mientras tanto, el expresidenciable y ahora candidato a la rectoría de la UNAH, Nelson Ávila, admite que esta problemática es complicada y un reto para las actuales autoridades y para las entrantes.
“Hay necesidad de un sistema dinámico, pero que tampoco llegue a la represión. Es necesario que exista una acción de seguridad no necesariamente a través de una empresa privada, sino que una acción de seguridad con personas que puedan percibir cómo estamos y que ejerza como estamos”.
En días anteriores EL HERALDO obtuvo información de que ante esta problemática, la actual empresa de seguridad será remplazada, aunque no se reveló el nombre. En las siguientes horas las autoridades académicas oficializarán cuál será la gestión de seguridad privada entrante.
Ante esto, Ávila increpó que “he observado que ya para finalizar el mandato del actual rector (Francisco Herrera) se están tomando decisiones de diferentes naturalezas donde aparentemente no se han seguido el protocolo de selección de algunas de estas empresas. Parecería que deja instalada una estructura para las próximas autoridades, lo cual no es lo más ético posible porque no se conoce el procedimiento que se utilizó para garantizar que hubo total transparencia en el proceso”.