TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El conocido túnel del “hoyo de Merriam”, del centro de Tegucigalpa, fue construido con el objetivo de conservar completa e intacta la Plaza Los Dolores.
De los 43 años desde su construcción, los últimos diez años se ha convertido en el dolor de cabeza de miles de capitalinos que lo transitan ya sea a pie o en vehículos.
Sus aceras peatonales ya no prestan la función original sino que permanecen llenas de aguas negras debido al inevitable colapso del alcantarillado.
La terrible situación no es exclusiva del casco histórico. A diario extensos ríos de aguas fecales inundan las calles y avenidas de Tegucigalpa y Comayagüela debido a que el sistema sanitario hace buen tiempo cumplió su vida útil.
Las autoridades del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) reconocen que la vetusta red tiene más de 90 años de no ser reemplazada.
Problema identificado
El sistema de alcantarillado sanitario de las ciudades gemelas está compuesto por 1,500 kilómetros de tuberías y colectores, de los que la mayor parte se volvió obsoleta.
Entre las zonas que presentan serios problemas por el colapso de alcantarillas están los antañones barrios Buenos Aires, Morazán, Lempira, Villa Adela, Perpetuo Socorro y El Centro, entre otros.
Además, el Zonal Belén y las colonias Lara, El Prado, 21 de Octubre, Humuya y Kennedy encabezan la lista de sitios con mayor deterioro.
En esta última colonia no se han cambiado los conductos sanitarios desde su fundación hace 55 años.
Las tuberías siguen siendo de concreto y no de material PVC que se emplea actualmente por su resistencia y durabilidad.
“El sistema del alcantarillado de la Kennedy está destruido, son varios pozos de inspección que a diario se colapsan y los olores son nauseabundos”, confirmó Manuela Oyuela, presidenta del patronato de la Kennedy.
Seria amenaza a la salud
La antigüedad de las cañerías, sumado al mal uso que se hace de este sistema, ha provocado que se encuentre en pésimo estado, representando una amenaza para la salud de los colonos.
“Es horrible el tipo de contaminación que sale de las aguas negras. Yo aquí paso unas ocho horas por mi trabajo y con este problema veo amenazada mi salud, nunca faltan los virus”, indicó Salvador Archila, encargado de cuidar vehículos en un estacionamiento en la Plaza Los Dolores.
El colapso del sistema llega a tal punto que las seis cuadrillas del ente autónomo no se dan abasto para atender las más de 60 denuncias de obstrucción de pozos que a diario recibe por parte de los capitalinos.
Urge millonaria inversión
El gerente de la División Metropolitana del SANAA, Carlos Hernández, aseguró que se tiene identificado dónde están las fallas y qué es lo que se debe hacer, pero que aún no lo definen como proyecto. Y es que atender el megaproblema que representa el obsoleto sistema requiere de una millonaria inversión.
Para cambiar el sistema viejo se necesitan 200 millones de dólares (4,800 millones de lempiras), pero para que funcione en óptimas condiciones toda la red se ocupan 400 millones de dólares (9,600 millones de lempiras), valoró Hernández.
“La inversión de las tuberías de aguas negras es tres o cuatro veces más grande que hacer una reparación o cambiar el agua potable”, comparó.
Un estudio del ente autónomo en 2009 reveló que en aquel momento el 80% del sistema había colapsado.
“Toda la red se quedó obsoleta, tiene la edad de muchas colonias y los diámetros quedaron insuficientes para la cantidad de abonados.
Actualmente, el 70% de los capitalinos están conectados a la red de alcantarillado sanitario. Unas 600 mil personas no cuentan con el servicio.
Con el traspaso del sistema, la Alcaldía Municipal heredará este problema, por lo que ya realiza un diagnóstico con la empresa H&H, contratada para tal fin.
“Estamos trabajando en un esquema de ciudad para tratar los temas de saneamiento y de las aguas servidas para ver el tema de las inversiones y tomar una decisión”, aseguró Cinthia Borjas, subgerente del SANAA.