TEGUCIGALPA, HODURAS.- La preocupación es inevitable, su patrimonio se reduce a una colchoneta, un par de prendas de vestir, una bolsa de comida y la esperanza de tener algún día una vivienda lejos de una zona de riesgo.
“No sabemos qué hacer, donde vivíamos es una zona inhabitable, nos dijeron que podemos estar aquí (iglesia transformada en albergue) hasta el miércoles”, relató afligida Nelly Velázquez.
La madre soltera de cuatro niñas, de manera puntual y en representación de los damnificados de Nueva Suyapa, expresó con voz entrecortada que espera que la Alcaldía no juegue con sus sentimientos y les facilite un lugar donde vivir.
“El alcalde dijo en las noticias que nos iba a solucionar, me alegré cuando lo escuché, estamos a la espera. Ya no podemos regresar a nuestras casas, no sabemos para dónde agarrar”, indicó.