TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los jóvenes de las áreas rurales migran cada vez más a la ciudad en búsqueda de una educación superior de calidad, mejores opciones laborales y mayores ingresos monetarios.
Pero este desplazamiento trae consigo varias complejidades que, explicadas por expertos, pueden ser beneficiosas o contraproducentes si no son atendidas adecuadamente por el gobierno y las empresas.
Uno de los principales efectos es la sobrepoblación en las ciudades, porque los jóvenes deseen oportunidades, la integración laboral es desafiante y genera una competencia feroz por empleos, muchas veces informales y limitados.
“A este fenómeno se le llama inflación, y no solo se le atribuye al dinero, sino también cuando existe un aumento en la mano de obra disponible, pero no en los empleos. La mano de obra se abarata y los dueños de las empresas se aprovechan; es entonces cuando se crea la inflación”, explicó el economista Antonio Funes.
Algunos sociólogos argumentan que el problema subyacente es la falta de oportunidades en el sector privado y la insuficiente inversión gubernamental en la creación de empleo.
“El sistema económico y las políticas públicas no han logrado proporcionar suficientes puestos de trabajo formales y bien remunerados para absorber a la población emigrante”, dijo Juan Ochoa, sociólogo.
Otro de los desafíos es el aumento de la demanda de viviendas en la capital, lo que podría llevar a un incremento en los costos de alquiler.
“La migración de zonas rurales a urbanas puede causar problemas con las casas. Si hay más personas que quieren casas, los precios de alquiler pueden aumentar y eso podría afectar a quienes no ganan mucho dinero”, indicó Ana Torres, investigadora social.
A medida que los jóvenes abandonan sus comunidades, estas pueden enfrentar la pérdida significativa de la producción y crecimiento económico.
“Este fenómeno migratorio puede llevar a una menor producción de alimentos, entendido como hortalizas, carnes, lácteos u otro tipo de sustento. Esto afectaría gravemente el ingreso económico de las comunidades rurales y el abastecimiento del mercado local como nacional”, señaló Laura Padilla, economista.
El campo disminuye su producción en un 40% por la falta de mano de obra
Los productores agrícolas enfrentan serias dificultades para mantener sus operaciones debido a la escasez de personal.
Según datos de los ingenieros agrónomos, algunas áreas de cultivo se han reducido en un 40%.
“Visitamos numerosas parcelas debido a la necesidad de los productores en el campo, y varios de ellos han reducido su área de siembra debido por la falta de personal que tienen ”, dijo Ricardo Amaya, ingeniero Agrónomo.
Por su parte, el subdirector del Instituto Nacional Agrario (INA), Rafael Alegría, manifestó que la presidenta Xiomara Castro tiene pleno conocimiento de esto y está dispuesta a invertir en el sector agrícola.
No obstante, la realidad es que los jóvenes abandonan sus trabajos en las comunidades debido a que ganan 120 lempiras diarios, lo que a veces los lleva a optar por unirse a las Fuerzas Armadas en lugar de continuar en sus tierras.