TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las acciones inmediatas, para prevenir nuevas incidencias en la colonia Guillén, avanzan junto a trabajos que serán soluciones a largo plazo como obras permanentes en la “zona cero” informó el Comité de Emergencia Municipal (Codem).
A 577 días del evento que destruyó el patrimonio de más de 100 familias, las autoridades capitalinas ejecutan trabajos de mantenimiento en las cunetas (canales) que fueron construidas el año pasado para la impermeabilización del talud.
“Las cunetas se hicieron para drenar las aguas lluvias que caen superficialmente, así se vita la saturación del suelo y se logra mantener estable el deslizamiento estabilizándolo y evitando que se reactive y caiga abajo, sobre las viviendas de El Reparto”, explicó a EL HERALDO el titular del Codem Nelson Méndez.
Detalló que como obra temporal los materiales de plástico (con los que se impermeabilizó) fueron remplazados en las cunetas edificadas sobre un talud de unos doce metros de altura y así, cuando inicien las lluvias no cederán las viviendas aún en pie en la zona del desastre.
Obras permanentes
Con la ayuda de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), la comuna avanza en los estudios y diseños de los proyectos que serán permanentes y se mencionan muros, pozos y un sistema de drenaje de aguas subterráneas.
“Hay un experto japonés que trabaja en los diseños, por ejemplo en el Berrinche hay unos pozos que canalizan el agua subterránea. Hay pozos que se ven como algo vertical, pero están conectados entre ellos con tuberías horizontales, el agua ingresa, se canaliza y se extrae de manera programada para mantener controlado el nivel freático (agua que se encuentra debajo de la superficie)”.
Parte del proceso incluirá la demolición de algunas viviendas que permanecen en la parte alta del talud de la zona de deslizamiento, lugar que fue declarado inhabitable desde el 2022.
Sobre la remoción de escombros el entrevistado reiteró que sí se ejecutarán pero hasta que inicien las obras permanentes con ayuda de JICA, estimadas a iniciar a principios del 2025.
“Si retiramos los escombros podríamos reactivar el deslizamiento, en la parte baja varias viviendas sirven de cuña. Muchas personas nos piden la demolición de esas viviendas pero no es posible, es importante destacar que todo requiere una planificación y es gracias a los japoneses que definimos como se iniciará el proceso de remoción”, aclaró.
Decisión acertada
Para el asesor técnico del Comité Interinstitucional de Ciencias Ambientales (CICA), Donaldo Cáceres, las medidas actuales son “buenas pero no suficientes ni eficientes”, no obstante las obras permanentes que se ejecutarán con ayuda de expertos japoneses sí son una decisión acertada.
“No hay que limitarse, algunas acciones son como tapar el sol con un dedo el plástico es destruido por el sol, por su parte las obras permanentes son más costosas pero más eficientes a largo plazo. Se ve una inversión inicial mayor, pero la relación costo beneficio es mejor”, estimó.
Cáceres también explicó que las obras planeadas buscarán minimizar el impacto del deslizamiento en una zona con varios problemas donde el agua superficial y subterránea por aguas servidas y grises ante la ausencia de una planta de tratamiento.
“Las obras de mitigación tienen todo un proceso técnico que pasa primero por estudios de estructura geológica, hay varios mecanismos para estabilizar”, indicó mientras resaltaba que obras hidráulicas pueden ayudar a controlar los niveles freáticos que sí es muy profundo, no hay problema pero cuando está muy cerca de la superficie sí lo es.
Codeles y zonas de riesgo
Estimaciones de la Alcaldía Municipal indican que en el municipio hay unos 540 barrios y colonias en zonas de riesgo por deslizamiento e inundaciones.
Por lo anterior parte de las acciones preventivas recae en los Comités de Emergencia Local (Codeles) que son integrados por líderes comunitarios, miembros de patronatos o iglesias para convertirlos en la primera respuesta durante cualquier incidencia.
Según reportes de la comuna, en los últimos dos años alrededor de 100 Codeles están conformados y la mitad de ellos ya fueron certificados.
Más allá de las incidencias que provocan los fenómenos naturales y además del crecimiento desordenado en la ciudad, desde la comuna solicitaron considerar que “pequeñas acciones” para muchos “inocentes” también generan problemas.
“A veces compramos la naturaleza, pero los mismos humanos tenemos malas prácticas como tirar basura, malos cortes de taludes o terracería, asentamientos informales en el cauce de un río o quebrada”, concluyó el titular del Codem.