Tegucigalpa, Honduras
El saldo por pagar que mantienen 108 Juntas Administradoras de Agua del Distrito Central es millonario.
El monto es de 19 millones de lempiras, el cual deberá ser honrado a las autoridades del ente prestador del servicio del vital líquido, pues no puede ser condonado.
Así lo dejó claro el alcalde capitalino Nasry “Tito” Asfura, al anunciar que se buscará, a través de una petición al Poder Legislativo, perdonar los intereses y multas generados por los saldos pendientes, pero que no se absolverá la deuda.
“Quien gaste agua tiene que pagarla, no le vamos a subir el valor del agua, pero lo que usted consuma tiene que pagarlo”, expresó Asfura.
De las 300 Juntas Administradoras de Agua, 108 se encuentran en mora.
Durante el primer trimestre de este año, 15 de estos entes comunitarios pactaron un convenio para saldar las cuentas atrasadas.
Por ejemplo, la Junta de Agua de la Aldea Nueva Suyapa adeuda más de un millón de lempiras y se ha comprometido en honrar el saldo en 36 meses.
Cobro según consumo
Desde que las autoridades municipales se involucraron en el proceso de municipalización del agua, se factura de acuerdo al consumo de los pobladores, ya que antes se realizaba de manera promediada.
Ante esta situación, Mariana Rodríguez, tesorera de la Junta de Agua de la colonia Flor del Campo, expresó que “nosotros tenemos una tasa preferencial, pagamos el metro cúbico a 2.90 lempiras, al mes pagamos 116 mil lempiras, pero ahora nos quieren hacer el cobro según la lectura del medidor”.
Manuel Amador, presidente de la Asociación Hondureña de Juntas Administradoras de Agua y Saneamiento (Ashojaas), manifestó que “muchas veces el abonado no quiere pagar porque solo le llega una vez al mes el servicio y se niegan a pagarlo, la red del sistema de agua está muy dañado”.
Se estima que unos 500 mil capitalinos son abastecidos a través de las juntas de agua.
Centros de llenado
Otro de los problemas al que se enfrentan las autoridades edilicias es sanear la administración de los centros de llenado para cisternas del SANAA.
Y es que antes, en estos centros se podía llenar una cisterna con capacidad de cuatro mil galones y solo se facturaban tres mil lempiras, por lo que había descontrol en el uso del recurso, ya sea intencional o por ignorancia del uso del sistema.
En la actualidad se han instalado medidores y se ha implementado el uso de boletería para evitar este tipo de irregularidades.
Entre los centros que han mejorado sus ingresos destacan Los Laureles, Divanna y Altos de Toncontín.
Por ejemplo, solo en marzo de 2016 se facturaron 1,320, 959 lempiras y en el mismo mes, pero de 2018 ingresaron 2,630,110 lempiras.
