Tegucigalpa,Honduras
La belleza, encanto y esplendor que por las noches debería desplegar el centro histórico capitalino compite con desventaja contra un enemigo difícil de vencer: la basura.
A diario, durante la tarde-noche, calles, aceras, inmuebles patrimoniales y esculturas son “adornadas” con los desperdicios que han lanzado transeúntes o establecimientos comerciales.
Estos corresponden a cajas de cartón, plásticos, restos de comida, entre otros, que son generados por más de 200 establecimientos que operan en este espacio de la ciudad.
Falta de respeto
La basura al igual que otros problemas que expone el centro histórico, por ejemplo, sus calles y aceras, van relacionados de manera directa con el abandono de los espacios públicos.
Encontrarse con desperdicios es lo mas común para los peatones que a diario se desplazan por la zona, sean nacionales o extranjeros.
“Es incómodo ir a misa a la catedral, pues uno se tropieza con la basura, el centro es la cara de la capital, cómo es posible que lo descuidemos tanto”, declaró Damaris Mencías, una ciudadana.
A la vez agregó, que no se puede invitar a los turistas que visitan la capital para que se den una vuelta por el centro en la noche si lo que les va a salir al encuentro son los promontorios de basura cerca de la Plaza Los Dolores, por la acera del pasaje Fiallos, el Congreso Nacional y otros no menos importantes.
De acuerdo con las autoridades de la Superintendencia de Aseo Municipal, en el centro se producen unas 40 toneladas diarias de desechos que al mes representan 1,200 toneladas.
A nivel de la ciudad se colectan 800 toneladas por día.
Esta basura se acumula en las plazas, y aceras, entre otros espacios que son destinados al tránsito exclusivo de las personas.
Arturo Suárez, capitalino, opinó que a la Alcaldía Municipal le hacen falta políticas estrictas sobre la recolección de la basura. “Si bien es cierto que el tren de aseo pasa más de dos veces al día por algunas zonas del centro histórico, se necesita de una estricta aplicación de ordenanzas”, manifestó.
El extitular de la Gerencia del Centro Histórico enfatizó además que este es un tema de educación, pero debe venir de la entidad municipal y estar dispuesta a aplicar medidas coercitivas a nivel de multas.
También implementar políticas de reciclaje controlado de los desechos sólidos, que podrían generar trabajo.
Ordenanza
Respecto al tema de la basura en el centro histórico, no es de desconocer los esfuerzos que en los últimos años han implementado las autoridades de la Superintendencia de Aseo Municipal con respecto a la recolección.
Con ese propósito fue creada una ordenanza, en la que se establecía un horario nocturno de 11:00 de la noche a 2:00 de la madrugada.
Aunque se han dado algunos resultados favorables, el problema resurge, ya que lograr ponerse de acuerdo con los propietarios de los establecimientos en ocasiones resulta imposible.
Y es que el problema está en el horario en que se deben sacar los desechos para ser recolectados, pues hay establecimientos que lo hacen con anticipación por las horas de cierre de sus locales.
German Pavón, titular de la Superintendencia de Aseo Municipal, manifestó que tienen un proyecto importante para el centro histórico, aunque no ofreció detalles, lo que sí reveló es que son medidas orientadas al manejo y control de los desechos en este espacio.
“Estamos a punto de iniciar un trabajo importante, aunque no es el momento de revelarlo, pero sí daremos a conocer qué es lo que tenemos pensado”, afirmó Pavón.
Sitios contaminados
Otro de los problemas de insalubridad que son visibles en el centro histórico y que tienen que ver con la falta de cultura y educación son aquellos sitios que son utilizados como urinarios públicos.
Estas malas prácticas hacen que el espacio de la capital esté siempre impregnado de olor a heces fecales y orines, así como también otros espacios de la ciudad.
Una notoria evidencia son las gradas, ubicadas en el popular barrio La Hoya, que personas inescrupulosas han convertido en urinario público.
“He visto cómo llegan personas a esta zona solo para hacer sus necesidades fisiológicas, a plena luz del día, es un irrespeto, por aquí pasan niños”, aseguró Fernando Ponce, capitalino.
La denuncia sobre este caso se ha presentado ante las autoridades competentes, pero sin ningún resultado favorable. Siempre en La Hoya, a inmediaciones del Sendero Brassavola hay un espacio que en años anteriores fue recuperado, pero que en la actualidad es un basurero. Un espacio contiguo a la Casa Morazán también se ha vuelto un urinario público, donde a mediodía las personas que pasan por el lugar aseguran que tienen que contener la respiración para no inhalar los olores nauseabundos.