TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Atender los 400 animales que alberga el Centro Nacional de Conservación y Recuperación de Especies Rosy Walther es una faena que requiere de tiempo, amor y dedicación, características que poseen los encargados del recinto, especialmente los expertos, responsables de proteger la salud de las 76 especies que residen en el zoológico.
Equipados
En un recorrido realizado por EL HERALDO se constató que para preservar la salud de los animales, el parque cuenta con un hospital equipado con lo necesario, un laboratorio para análisis clínicos, farmacia, sala de operaciones, partos, radiografías y una para la
recuperación.
Eduardo Rico, gerente del sanatorio, detalló que desde las 6:00 de la mañana la faena inicia para el personal de cocina, médico, veterinario, microbiólogo y biólogo.
“La doctora realiza un recorrido semanal para ver a todos los animales, la microbióloga hace los exámenes de heces, orina, pelo, sangre y ver cómo están de salud, es igual que ir al médico”, explicó.
Según los resultados de laboratorio, determinan si el animal necesita medicinas, dieta, enriquecimiento alimenticio o juegos para eliminar el estrés.
Bioseguridad
Las condiciones de la clínica permanecen intachables y en lo que va de 2019, los especialistas han realizado seis procedimientos quirúrgicos, entre ellos cuatro cirugías a mapaches y dos castraciones a monos cara blanca.
El lugar está dividido en secciones, todas esterilizadas y protegidas por pesadas puertas de metal con cerrojos especiales. “Aquí utilizamos los pediluvios sanitarios, esta es un área donde permanecen los animales antes de llevarlos a sus recintos”, detalló mientras Coco el tigrillo y el mítico Cadejo observaban con curiosidad a los visitantes de la sala
de recuperación.
Atienden una garza
Sobre una de las mesas de operaciones, una débil garza verde se mantenía tímida, ella fue rescatada, llegó golpeada y tras examinarla, los análisis clínicos sugirieron que necesita
vitaminas.
“Ocupa tiamina, está débil y no puede mantenerse mucho tiempo de pie”, detalló Heidy Carballo, una de las biólogas que trabaja en el recinto.
Prevención
Un complemento para garantizar la salud es evitar que el estrés se apodere de los animales que fueron rescatados o incautados por diferentes
entes gubernamentales.
Además de ofrecer frutas, verduras de calidad o carne magra para los felinos, “sacar de la rutina” a los preservados es parte de la agenda de los guardianes del Rosy Walther.
“A los monos se les colocan alimentos en trampas, así tratan de solucionar un problema y se mantienen ocupados, con cada uno de los animales se realiza una actividad distinta, a Simba el león se le presta una llanta, es su juguete
favorito”, concluyó.
