TEGUCIGALPA, HONDURAS.-A pocos días de que inicie el nuevo año lectivo, EL HERALDO se sumergió en los altares del pensamiento y del conocimiento, aquellos establecimientos que forjan el futuro del país, los centros educativos que acogen a niños y jóvenes.
El recorrido se realizó en algunos templos del saber para evaluar las condiciones actuales y ver si hubo mejoras en los planteles escolares.
Desde el momento en que se decidió visitar los inmuebles es porque se analizó la tabla de centros a intervenir, dada por la Secretaría de Educación (Seduc) en 2023, por las instituciones gubernamentales.
También es evidente que, al ser contactadas, las autoridades de la Seduc prefirieron no hablar y mencionaron que “somos ariscos con los de su medio”.
En aquellos momentos, los datos de Educación indicaron que de los 600 planteles de formación existentes en la capital, más del 50% estaban en pésimas condiciones y no aportaban nada a los alumnos.
Hoy, un año después, la mayoría de los lugares que trabajan con el futuro del país parecen haberse quedado en el pasado, ya que no presentan innovaciones ni mejoras significativas en las aulas de clases.
Un claro ejemplo es la escuela Itzamná, ubicada en la colonia Satélite, que desde el año pasado el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS) marcó un perímetro para iniciar “los trabajos” de remodelación, pero solo quedó en clavos y aerosol de color rojo.
Salvador Castro, director del Itzamná, indicó que ya no quieren trabajar con el gobierno, porque las escrituras del plantel no se “las firmo ni el procurador ni el ministro Pineda”. Por lo que, buscará a los padres de familia e inversores extranjeros para este 2024.
Más que cifras, son personas
Los datos proporcionados por la Seduc a EL HERALDO son reveladores y apuntan a que, de los 18 departamentos del país, Francisco Morazán, conocido como la casa de las Instituciones del Estado, es el que presenta los peores números de reprobados, con un total de 23,626 estudiantes.
La mayoría de estos casos se concentra en la capital, con 18,828 alumnos enfrentando dificultades educativas.
Sandra Rodríguez, docente de educación básica y media, manifestó que “no solo deben mirarse las cifras, sino lo que pasa detrás de cada estudiante. Creo que nuestras autoridades o ministros les hace falta esa parte humana”.
Al no tener en cuenta las necesidades de los alumnos, se perjudica su aprendizaje, no precisamente por culpa del maestro, porque no hay las condiciones para aprender.
“Imagínese dar clases en un lugar donde los niños corren peligro. Claro, ellos se ilusionan porque nos ven como ejemplos, pero preguntemos, ¿es justo que reciban clases en estas condiciones, en aulas dañadas o que les pasen las clases?”, cuestionó Rodríguez.
Aún se desconocen los lineamientos para este año escolar.
