TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A sus 17 años de edad, José Cruz (seudónimo) intentaba salir del ambiente de violencia que vivía en la colonia Suyapa. Su intención era terminar la secundaria para posteriormente ingresar al campo laboral informal y ayudar a su hermano menor y a su madre a salir de la pobreza.
Su esfuerzo inició en 2018, matriculándose en la jornada nocturna del Instituto Técnico Nueva Suyapa, pero la falta de dinero lo llevó a desertar e involucrarse con bandas criminales. “Fui bandera y era en la noche que me ocupaban, eso me llevó a dejar el colegio”, dijo el joven a EL HERALDO.
Un año más tarde logró desvincularse con el apoyo de amigos de la iglesia y una vez más retomó los estudios, pero desertar de la estructura criminal le trajo consecuencias y al salir del centro educativo se sentía vigilado y amenazado; al no haber personal de seguridad en las afueras del centro educativo, una vez más abandonó su sueño.
Hoy, con 22 años, se dedica a la albañilería y “a estas alturas ya perdí la esperanza de seguir”, lamentó.
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Esa es solo una de las miles de historias que hay por contar de jóvenes y adultos que pasan dificultades para culminar sus estudios en la jornada nocturna, modalidad de estudio que desde la pandemia ha tenido una baja significativa en cuanto a matrícula se refiere.
Según datos actualizados hasta el 10 de octubre del Sistema Nacional de Educación Informativa de Honduras (Sinieh) de la Secretaría de Educación, este año se registra una matrícula inicial de 2,513 educandos en los 40 centros educativos que ofrecen esa modalidad en el Distrito Central.
Eso se traduce en 2,748 alumnos menos que los matriculados con respecto a 2019, un año antes del ingreso del virus covid-19 a territorio nacional.
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Problemática
El equipo de EL HERALDO realizó un recorrido por diferentes centros educativos para constatar la disminución de alumnos en la jornada y conocer sus principales necesidades.
En el Instituto Técnico Honduras la matrícula apenas oscila entre 120 y 140 alumnos, cuando años atrás alcanzaba hasta los 700.
Edgar Melara, subdirector de la jornada nocturna, no señaló a la pandemia como el principal problema, tampoco culpó en su totalidad a las autoridades de Educación actuales, debido a que reconoció que se han realizado algunos aportes en cuanto a infraestructura en ese centro educativo.
No obstante, mantuvo firme que las necesidades son mayores, como la falta de material didáctico e iluminación interior, carencia de áreas recreativas, mejor estructura de la cafetería, falta de personal de aseo y vigilancia, entre otras. “Necesitamos apoyo y más apoyo”, indicó Melara.
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En tanto, en el Instituto Técnico Luis Bográn están tratando de subsistir, dijo su director Ángel Arteaga. “La Secretaría de Educación no está apoyando las jornadas nocturnas aunque al menos no está cerrando jornadas como lo hizo el gobierno anterior”, dijo el docente.
La inseguridad y falta de transporte son las mayores necesidades para los 150 estudiantes actualmente matriculados en ese colegio, sostuvo el director. “Podrían hacer un acuerdo con medios de transporte para llevar a los estudiantes para evitar cuestiones de inseguridad, pero no hemos tenido el apoyo”, agregó.
Las autoridades del Instituto Abelardo Fortín se suman al reclamo hacia la Seduc por el evidente abandono. Según los docentes de ese instituto, son ellos quienes prácticamente sostienen la jornada al apoyar a los estudiantes con material didáctico y otras necesidades.
Mientras que desde el Instituto España Jesús Milla Selva, con 130 alumnos en la jornada nocturna, solicitan ayuda con seguridad y transporte. A diferencia del resto de centros educativos visitados por EL HERALDO, aseguran que han recibido apoyo de las autoridades con jornadas de capacitación a docentes, pero hay un 35% de deserción en la jornada, indicó Carlos Rápalo, encargado de la jornada nocturna.
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Jorge Orellana, del área de comunicaciones de la Seduc, explicó que la jornada nocturna es un tema bien difícil. “Dentro de los centros educativos se procura mantener seguridad y no tenemos conocimiento de incidentes dentro de los planteles, el problema son los entornos como la iluminación, pero no es nuestra competencia”, aclaró.
En ese sentido, Miguel Madrid, portavoz de la Policía Nacional, indicó que tienen el objetivo de mejorar la capacidad de prevención integral de la violencia y el delito para contribuir articuladamente a la seguridad de los estudiantes en centros nocturnos. Asimismo, reconoció que “es indispensable priorizar algunos centros de enseñanza por la cantidad de estudiantes, condiciones económicas y el lugar donde se ubican los colegios”.
También sugirió que los patrullajes de la Policía Preventiva sean coordinados por la unidad metropolitana a la hora del ingreso y salida de los estudiantes de estos centros nocturnos.
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