TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Resguardo policial, lucha por derechos laborales, intereses políticos, amenazas y denuncias son parte del conflicto que genera desorden en el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA).
Sobre la deuda hacia los trabajadores, Julio César Pozo, presidente del Sindicato de Trabajadores del SANAA y Similares (Sitrasanaays), detalló que el monto adeudado por casi tres meses de salario para 686 empleados (220 que entraron en este gobierno) es de 36 millones de lempiras.
“Las gestiones del sindicato y la empresa ya se hicieron para la ampliación presupuestaria, esperamos que la presidenta firme el Acuerdo Ejecutivo para el traslado de fondos entre instituciones”, detalló el sindicalista.
Otra deuda que merodea el ente corresponde al pago de prestaciones y las proyecciones para saldar la deuda con 385 empleados en la capital es de 680 millones de lempiras.
Además de la deuda, en el conflicto con los colectivos de Libre, que siguen al militante Melvin Cevallos, resuena el nombre del gerente del SANAA, Ricardo Panchamé, por no otorgar plazas de trabajo a los correligionarios.
Panchamé en descargo explicó que no se puede dialogar “con un cuchillo en la garganta” y también reveló que ya denunció ante las autoridades competentes a Cevallos por el delito de usurpación y daños en la propiedad pública.
Por su parte, Cevallos, el rostro visible en las protestas y que lucha por plazas laborales, garantiza que es reconocido por el expresidente Manuel Zelaya y no ha quemado ninguna instalación y tiene pruebas.