TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Hace más de 2,000 años, un día como hoy, un hombre inocente entregó su vida en una cruz para salvar a millones.
Bajo un cielo gris, en la capital de Honduras, se refleja la solemnidad y la tristeza del mundo al recordar el sacrificio de Jesús, quien fue castigado por los pecados de todos.
Y en Comayagüela, la iglesia El Calvario se erige como un símbolo de devoción y reflexión en esta época sagrada.
Eduardo Macías, padre de este templo católico, señaló la importancia del Vía Crucis de este año como una oportunidad para elevar plegarias ante Dios, buscando la paz y la disminución de la violencia en la colonia Villa Adela y sectores aledaños.
El Vía Crucis, una representación simbólica de las estaciones del sufrimiento de Cristo, se convierte en una expresión de fe y esperanza para los miles de fieles.
A medida que recorren las estaciones, llevan en sus corazones la carga de sus propias penas y preocupaciones, buscando la redención y el perdón que solo el sacrificio de Cristo puede otorgar.
Además, en este día de conmemoración, el hogar de ancianos María Eugenia fue incluido en las oraciones, implorando la bendición de Jesús sobre los residentes y el personal que dedican sus vidas al cuidado de los más vulnerables de la sociedad.
En un gesto de solidaridad y compasión, la comunidad se une para compartir el amor y la gracia divina con aquellos que más lo necesitan.