TEGUCIGALPA, HONDURAS-. El escenario para rememorar la entrada triunfal del Rey de Reyes ya está preparado en la capital. Los mantos, palmas, cruces y ramitos de olivo mañana alabarán su presencia.
La feligresía católica revive su fe y la llegada ayer de los ramos de olivo desde diferentes municipio de Francisco Morazán les recuerda el verdadero sentido de la
Semana Santa.
Las afueras de los templos de la ciudad, en especial los del centro histórico, se pintaron del verde color de la palma de olivo y el olor a esperanza impregnó a sus compradores.
Desde las 6:00 de la mañana ya estaban disponibles las ofrendas religiosas con las que los católicos vitorearán el nombre de Jesucristo en la tradicional Procesión del Domingo de Ramos.
Los alrededores de la Catedral San Miguel Arcángel, la basílica Menor de Suyapa y la iglesia El Calvario fueron algunas de las parroquias epicentros para adquirir los ramos.
Solo en la Catedral se instalaron entre 200 y 300 productores de palma, provenientes de Sabanagrande, Reitoca, Curarén, Alubarén y otros municipios de Francisco Morazán, quienes abastecieron a los devotos del principal ingrediente para la procesión del domingo.
Otro buen grupo de vendedores permanecieron hasta horas de la tarde apostados en la iglesia Medalla Milagrosa, Los Dolores y El Calvario, entre otros recintos.
Ofrenda
Las palmas con las que rendirán honores al Dios de Israel son traídos y elaborados con mucho sacrificio.
“Las palmeras de donde extraemos las cruces y ramos pasan llenas de espinas, se requiere de mucha paciencia e incluso se soporta el dolor”, dijo María Castillo, una comerciante.
Algunas familias dedicadas al rubro comenzaron a cortar las palmas desde el miércoles anterior. La mayoría de ellas lo hicieron desde el jueves para trasladarlas frescas a la capital y el resto de ciudades del país.
“No importa el sacrificio que tengamos que hacer, para nosotros es satisfactorio traer las palmas con las que se alabó el nombre de Dios”, agregó.
Los ramitos y cruces elaborados con olivo serán bendecidos mañana por los sacerdotes que lideran las distintas parroquias e iglesias de la ciudad.
Juan Carlos Martínez, párroco de la Catedral, dijo que en apoyo, los productores que vienen a vender sus ramos son ubicados en el atrio de la Catedral con el fin de que sus productos estén expuestos en el Parque Central.
“El domingo es un día en el que se proclama el nombre de Dios, es un día lleno de alegría, victoria y satisfacción de sentirse discípulos de Jesús”, recordó