TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El instrumento esencial para reducir la pobreza, potenciar el desarrollo social e industrial, y mejorar la salud es, sin duda, la educación.
Sin embargo, este pilar fundamental se ve debilitado por el paso del tiempo y por la desatención de las administraciones responsables de la enseñanza y la formación.
En pleno 2024, los más de 220,000 estudiantes de Francisco Morazán aún aprenden con libros que datan de 2004, 2006 y 2009, algunos pocos del 2017, que presentan a Ricardo Maduro, José Manuel Zelaya y Juan Orlando Hernández como los presidentes de Honduras.
Es decir, que van más de 20 años, es decir dos décadas, sin que los docentes vean nuevos textos, y los alumnos sólo sueñen con estrenar un libro para ellos, en lugar de usar los rayados que los maestros rescatan cada año.
EL HERALDO pudo constatar en las aulas de clases cómo los estudiantes carecen de una formación integral y de calidad, tal y como lo explican los maestros y expertos que conocen esta realidad.
Kevin Rivera, director de la Escuela Óscar A. Flores, ubicada en la colonia Izaguirre, comentó: “No podemos botar ni quemar nada de esto”, mientras señala los libros viejos, “y puedo decir que los niños van atrasados en cuanto a contenido. El año pasado tuvimos 80 estudiantes en sexto grado, de esos 80, pues este año rescatamos los mejorcitos, que son unos 40 libros, los borramos y esos son los están utilizando los 44 niños de este año”.
Rivera, junto a sus docentes, se ven obligados a reciclar los textos para optimizar su uso y que puedan servir a los alumnos de 2025 y quizá a otras generaciones de estudiantes.
Katherine Zúñiga, maestra de primer grado en la Escuela Óscar A. Flores, indicó: “Tengo que trabajar con fotocopias para que los niños puedan llevar el contenido a sus casas”.
Mientras Zúñiga da la entrevista, saca una computadora y añade: “Tengo unos libros digitales con contenidos más nuevos que utilizo para darles las clases a ellos (los niños), pero sin duda, el papel, el libro, es lo mejor”.
El problema de contar con textos muy desactualizados no solo afecta a las escuelas primarias, sino que también se extiende a los institutos de educación media.Los estudiantes de secundaria están siendo formados con información que, a día de hoy, resulta muy arcaica.
Marvin García, secretario del Instituto Xiomara Castro, mostró a EL HERALDO unos libros de 2012 que algunos docentes han optado por no usar más, ya que no pueden enseñar temas que han perdido relevancia con el paso del tiempo.
“Estos son los libros que tenemos”, comentó García mientras señalaba una pila de textos.“La directora me informó que en 2022 recibimos el último lote, pero esos son para la jornada nocturna. Los que tenemos aquí son los que más se utilizan”, añadió, mostrando uno del 2012 con el nombre de Marlon Escoto, exsecretario de Educación.
Los docentes del Xiomara Castro afirmaron que ellos mismos pagan para conseguir libros nuevos y dedican de dos a cinco horas en crear contenido actualizado para los jóvenes.
A pesar de los esfuerzos de los padres, hijos y maestros por mejorar los aprendizajes, la deuda histórica en el sistema educativo sólo va creciendo y el gobierno asigna apenas 0.98 lempiras por estudiante, según informe de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ)
Una editorial sin frutos y una educación sin rumbo
La Secretaría de Educación hace más de un año y medio anunció con bombos y platillos la creación de la Editorial Sabio Valle.
Esta prometía llevar a las escuelas y colegios libros que desarrollarían mejores competencias en los niños.
Sin embargo, el tiempo pasó, la imprenta cumplirá dos años en noviembre, y los estudiantes aún no tienen textos.
Joel Navarrete, titular del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh), comentó: “Se necesita un equipo técnico multidisciplinario que alimente esa editorial de acuerdo con las mallas curriculares que tenemos”.
Navarrete agregó: “Llevamos dos años y medio actualizando las mallas curriculares, y hasta el día de hoy no las tenemos”. Mientras, en Educación no quisieron hablar al respecto