TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En las leyendas rurales, el término “cadejo” evoca imágenes de criaturas místicas que caminan entre el reino de la realidad y la fantasía, a veces asociado con perros blancos o negros que acompañan a viajeros nocturnos; la realidad detrás de este misterioso nombre es más fascinante de lo que sugieren las historias.
En el Zoológico Rosy Walther, ubicado en el cerro El Picacho, vive un espécimen de aspecto fascinante y diferente al descrito en los pueblos.
Ori, nombre con el que se le bautizó al cadejo, tiene un aspecto similar al de los hurones, ya que pertenece a esta familia y se llama científicamente Eira barbara.
Y son conocidos como “viejos de monte”, humayros, irarás, eiras, tolomucos, “cabezas de mate”, “cabezas de viejo”, “mancos”, “sanjooles” o hurones mayores.
Es un animal único de Latinoamérica, pues, su especie se encuentra desde México hasta Argentina.
Mide aproximadamente 70 cm y pesa alrededor de 5 kg, con una cabeza distintiva y pelaje que desafía las percepciones convencionales.
Ori se alimenta de frutos, insectos, carroña y pequeños vertebrados; sus hábitos son propios de animales arborícolas, aunque también puede comer carne.
Para poder visitarlo, acuda a las instalaciones del zoológico, donde estará en su propio recinto ubicado frente al serpentario, y así tendrá la oportunidad de ver un cadejo
