TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La misión ha sido ingresar a diferentes zonas de la capital de Honduras consideradas de alto riesgo con el fin de ganarse la confianza de la población y trabajar en conjunto.
De esta manera en unos 80 barrios y colonias de Tegucigalpa de a poco va ingresando la seguridad bajo un modelo de la Policía Comunitaria.
Según Otoniel Castillo Lemus, titular de la Dirección Nacional de Prevención y Seguridad Comunitaria de la Policía Nacional, la intervención en estos sectores ha sido exitosa debido a los resultados de reducción de la inseguridad y desarrollo que han tenido las zonas.
“Hemos intervenido colonias donde se reportaba una alta incidencia de homicidios y otros delitos. Hemos logrado tener una buena relación con los vecinos de colonias como Roberto Suazo Córdova, Estados Unidos, Campo Cielo y Villa Nueva, entre otras”, catalogadas como conflictivas, agregó Lemus.
En estas comunidades se realizan censos y estudios socioeconómicos para conocer las necesidades de la población y cuáles son sus principales problemas.
“Se conoce el tamaño de la colonia, la principal actividad económica y se elabora un perfil, se hacen visitas domiciliaras donde se identifican las necesidades para organizar a la comunidad y resolver los problemas”, explicó Lemus.
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El proyecto de Policía Comunitaria alcanza una cobertura de más de 250 mil personas en el Distrito Central.
Fuera de la lista negra
Uno de los alcances en seguridad que obtuvo la capital fue reducir en 7.12 puntos la tasa de homicidios, según el reciente informe de la Secretaría de Seguridad.
El documento revela de que del 1 de enero hasta el 20 de diciembre se han registrado 516 homicidios, lo que representa una tasa de 41.53 por cada 100 mil habitantes.
Y para el mismo período de 2017 hubo 596 homicidios, una tasa de 48.65 por cada 100 mil habitantes.
Durante este año, la capital hondureña logró salir de la lista negra de ciudades más violentas del mundo.
La lista fue publicada en un informe de la ONG mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, en marzo de 2018, la que aísla a Tegucigalpa de este grupo de ciudades sometidas por la violencia.
Para Ángel Girón, un capitalino, aún falta mucho por hacer para sentirse seguro en las calles de la ciudad.
“Las instituciones encargadas de la seguridad deben ganar la confianza de la población, demostrando las buenas facultades que les otorga la Constitución de la República”, aconsejó Girón.
