TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La falta de una estrategia clara y efectiva para garantizar la seguridad en los centros educativos ha llevado a que la implementación de la Policía Escolar permanezca en el limbo.
En la capital, la situación es aún más grave; según la Unidad de Datos de EL HERALDO hay al menos 381 centros escolares ubicados en zonas controladas por las estructuras criminales denominadas como maras y pandillas.
Estas cifras indican que de cada tres instituciones de enseñanza, una se encuentra en sectores de elevado riesgo social.
Por lo que la presencia de estos grupos del crimen organizado ha convertido a varios de estos templos del saber en espacios de miedo y violencia, lo que afecta gravemente el desarrollo académico y personal de los estudiantes y docentes.
“La falta de seguridad sí afecta y más a nuestros jóvenes de la tarde, de séptimo a noveno, porque son los que nos dan un poco más de problemas; pero con la Policía Escolar se distraerían en otro tipo de actividades”, explicó Kensis Valle, subdirectora del Centro de Educación Básica (CEB) Las Américas.
En este plantel educativo de la colonia Centroamérica Oeste, la Secretaría de Seguridad hizo el lanzamiento de la promesa que hoy sigue dormida: la Policía Escolar.
Y a un año de la inauguración del proyecto, en las escuelas este sigue siendo una promesa incumplida que genera más incertidumbre que esperanza en la comunidad educativa.
“Si yo sé que mis hijos se portan mal, le permito a un policía que me los corrija, ¿pero sabe por qué aquí no se da eso (la corrección)? Porque ni un policía hay vigilando la seguridad de estos niños”, lamentó Sonia Ulloa, madre de familia.
Así como Ulloa, otros padres también reclamaron la ausencia de los uniformados y aseguran que la criminalidad crece cuando no existe una autoridad presente que les infunda respeto por el país y sus mayores.
Policía Escolar
La propuesta de la Policía Escolar es orientar a los alumnos del sector público en temas de prevención de violencia infantil, acoso, consumo de alcohol y drogas, inhibición de actividades delictivas e integración en maras y pandillas.
Y para sus inicios estaba programada la capacitación de 60 agentes de la Policía Nacional encargados de trabajar con los niños y tener una relación de respeto, acercamiento y afecto a través del lenguaje apropiado.
Sin embargo, con el cambio de autoridades dentro de la Secretaría de Seguridad todo cambió y se nombró a nuevos encargados en la planificación de la Policía Escolar.
EL HERALDO conoció que para esta labor se designó a la comisaria Sandra Cabrera, en lugar del comisionado Eduardo Sánchez, quien hoy ostenta otras funciones dentro de la Policía Nacional.
Cabrera detalló que los trabajos no se han parado y que siguen planificando un currículo que sea esencial para el aprendizaje de los jóvenes. Pero evidenció que hacen falta muchísimos detalles por pulir antes de salir a capacitar a los estudiantes de los centros educativos en riesgo
