Tegucigalpa, Honduras
Sorprendidos se encuentran los capitalinos por la presencia de una nube gris que envuelve a la ciudad en época de lluvia.
Este ambiente pesado que se respira en la ciudad se debe a la presencia del polvo del desierto del Sahara.
Este fenómeno se debe a los fuertes vientos que hace viajar las partículas a más de 11,500 kilómetros de distancia desde el norte del continente africano.
Según el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) de Copeco, la presencia del polvo del Sahara es en casi todo el país.
Los estudios de Cenaos establecen que en el ambiente existe la presencia de 45 microgramos por cada metro cúbico del polvo del Sahara y para el fin de semana esto incrementaría a 100 microgramos por metro cúbico.
Esta cantidad de polvo en el ambiente es igual a esparcir un quintal de harina en un cubo del tamaño de una manzana de tierra.
Riesgos
“Este tipo de polvo trae consigo bacterias, hongos, sales minerales y otros elementos que pueden causar problemas de alergias en la piel, en los ojos y en las vías respiratorias”, explicó Joel Estrada, coordinador de la Unidad Médica de Emergencia de Copeco.
La población debe usar lentes que protejan los ojos, mascarillas para proteger las vías respiratorias y ropa que proteja la piel para evitar alergias. Además de lavarse las manos y evitar el contacto de los ojos y nariz.