TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El saqueo de tumbas en el Cementerio General de Tegucigalpa es una actividad ilícita que se hace casi a diario.
Es frecuente encontrar al paso sarcófagos destruidos por los ladrones que, en su afán de encontrar alguna prenda valiosa, hacen grandes agujeros para meter la mano sin pudor en los ataúdes donde descansan los restos de personas que pasaron por este mundo.
Y esto no es todo, como si se tratara de una película de terror, se pudo ver algunos huesos humanos esparcidos entre las tumbas, debido a que los saqueadores revuelven todo para cometer sus fechorías.
En relación a este tema, Marco Méndez, de la Gerencia de Orden Público de la Alcaldía Municipal del Distrito Central, comentó que “cuando nosotros entramos aquí como nueva administración, esta y todas las gerencias de la Alcaldía estaban destruidas y saqueadas durante 27 años. Y es difícil en un año y medio resolver lo que en 27 años se destruyó”.
El entrevistado refirió que parte de esta destrucción es “el Cementerio General: totalmente descuidado y las tumbas profanadas”.
Asimismo, aseveró que antes hasta lotes clandestinos se vendían; sin embargo, con las actuales autoridades “está parado todo el tema de corrupción” en el recinto fúnebre.
Esperanzas
Méndez dio a conocer que se está solicitando a “Obras Civiles un proyecto de un muro perimetral de todo el Cementerio General y una reconstrucción de las tumbas que han estado abiertas y que están abandonadas por sus familiares”. El funcionario adelantó que estos dos proyectos saldrán este año.
Solo en promesas
Desde hace mucho tiempo se viene hablando de proyectos que ayudarán a restaurar el Cementerio General, declarado Patrimonio Nacional desde 1995.
No obstante, el camposanto no ha recibido inversiones con este propósito. En 2017, las autoridades de la Gerencia de Orden Público habían anunciado un presupuesto de dos millones de lempiras con el objetivo de reparar la capilla Divina Misericordia del cementerio y el muro perimetral, pero no se efectuó la reparación.
En 2021 se anunció una licitación con el mismo propósito, no obstante, hasta el sol de hoy el cementerio sigue abandonado.
Un capitalino de nombre José López mencionó que tiene un medio lote de terreno comprado por sus progenitores desde 1960, pero que él nunca pediría que lo enterraran ahí por la inseguridad de la zona.
Vale decir que en el lugar solo pueden enterrar personas que compraron en su tiempo un lote y que todavía tienen espacio.
Esdras Enrique, administrador del camposanto, hizo un llamado a los familiares que tienen mausoleos para que puedan restaurarlos y que no queden en el abandono.
Por otra parte, el historiador Daniel Vásquez lamentó que un patrimonio como el Cementerio General esté en esa situación; “sin embargo, hay esperanzas de que se pueda recuperar”, vaticinó