TEGUCIGALPA, HONDURAS.-En la búsqueda por comprender los obstáculos que detienen el desarrollo urbano en la ciudad, es crucial examinar los factores fundamentales que limitan su progreso. A pesar de la presencia de alcaldes, funcionarios y burócratas, la realidad es que la capital sigue estancada.
Según opiniones de los historiadores, “la ignorancia priva a las personas de tener una conciencia para cuidar de su legado cultural y participar activamente en la construcción del futuro”, es decir que, cuando hay un desconocimiento del pasado, los mismos errores se repetirán.
No obstante, hay una llave maestra que puede abrir las puertas de la transformación: una educación que fomente la cultura y el pensamiento crítico; pero aquí reside un dilema mayor: el dinero.
“Si todos tuviéramos mejores condiciones materiales podríamos tener un mejor crecimiento. Recordemos que nuestra educación responde al capital, en donde nos adiestran para ser empleados. Si queremos una buena cultura, las personas deben tener buena estructura económica”, indicó María Aguilar, socióloga.
Mientras que los analistas del ámbito educativo señalan que el gobierno no solo debería estar enfocado en tener a los niños en las aulas sino en enseñarles un amor patrio y orientarlos hacia el rubro económico en el que se apuesta.
“No cualquier inversión en educación genera desarrollo, solamente si se orienta bien a una educación que forme buenos ciudadanos y que desarrolle competencias para el trabajo, sí se genera desarrollo, pero no con una mentalidad enciclopédica y celebrando todos los días de festejos”, acotó Mario Alas, coordinador del Observatorio de la Educación de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
“También es necesario moderar la conducta de formación irregular, ya que cuando los niños observan a un adulto arrojar basura, lo consideran algo normal. Se necesita orden en toda la ciudad”, recomendó el experto en educación.
Ante el cuestionamiento de que el desorden en la ciudad es algo meramente por cuestiones culturales y culpa de los capitalinos, los psicólogos afirman que hay algo más detrás de estos comportamientos primitivos de algunas personas.
“Incide el factor de la corrupción sistemática enquistada dentro de las alcaldías. Muchas veces, las estrategias de gestión de licitaciones son amañadas o con financiamiento de proyectos urbanísticos que están orientados únicamente al desarrollo vial, que es gobernar para los ricos, porque ¿quién tiene vehículo? En un proyecto de desarrollo vial para toda la población, como el Trans-450, se terminaron robando los fondos”, lamentó Warren Ochoa, psicólogo y conferencista.
Así como el Trans-450 pudo haber impulsado el desarrollo de la ciudad, hoy en día los proyectos viales avanzan a paso de tortuga y obstaculizan el progreso de la misma, y cuando sucede esto no hay progreso ni crecimiento económico, según expertos en la materia.
“La mala condición de las calles, la desorganización de los mercados, también la falta de educación, la falta de cultura, o sea, en el tema educativo pues, prácticamente digamos lo que se está enseñando no es de acorde a las necesidades que se requieren actualmente y esto detiene nuestro desarrollo”, explicó Elfren Matute, economista.
Según análisis de Matute, la capital podría tener una nueva cara en unos 10 o 20 años si las autoridades gestionan buenos proyectos que busquen potenciar la ciudad y si se olvidan las diferencias políticas, esto podría ser mejor para todos.