TEGUCIGALPA, HONDURAS.-En Honduras, la discriminación contra mujeres embarazadas sigue siendo una problemática persistente, pese a las protecciones legales vigentes. Numerosos casos indican que los derechos de estas mujeres no son respetados, con el despido siendo una práctica común.
El abogado Miguel Padilla destaca que desde el momento en que una trabajadora notifica su embarazo, automáticamente cuenta con protecciones legales para evitar su despido. La legislación hondureña es clara: despedir a una mujer por su estado de gestación es ilegal y constituye una forma de discriminación.
Según Padilla, una mujer despedida injustamente tiene derecho a ser reincorporada a su puesto y a recibir cualquier salario y beneficios perdidos debido al despido. La Constitución de la República de Honduras establece en su artículo 128, numeral 11 que un empleador no puede terminar el contrato de trabajo de una mujer grávida ni después del parto sin una causa justificada probada ante un juez.
Además, una mujer embarazada despedida sin la debida autorización tiene derecho a una indemnización equivalente a los salarios de 60 días, además de las indemnizaciones y prestaciones laborales correspondientes por despido injustificado.
Para proceder con el despido de una trabajadora embarazada, el empleador necesita la autorización de un inspector de trabajo o del alcalde Municipal en lugares donde no haya dicho funcionario, como lo establece el artículo 145 del Código Laboral.
A pesar de estas protecciones legales, la práctica muestra que muchas mujeres embarazadas continúan enfrentando despidos y discriminación, lo que subraya la necesidad de una mayor supervisión y aplicación de la ley para proteger los derechos de las trabajadoras en estado de gestación.