TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Entre el ajetreo de la temporada de Navidad y Año Nuevo, los halagos y sonrisas se convierten en un seductor anzuelo hacia los precios dentro de los puestos de ropa usada en los mercados de Comayagüela.
El “venga mi amor” y “pase papi” endulzan los oídos, las frases de las dependientas levantan ánimos y como dijo uno de los entrevistados mientras buscaba una mudada, “en el mercado uno se siente especial”.
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De acuerdo con los datos de la Gerencia de Atención al Ciudadano, en los últimos cinco años se emitieron 1,462 permisos de operación de negocios de “prendas de vestir de segundo uso”.
Aunque los datos revisados por EL HERALDO evidencian una tendencia hacia la baja, en la emisión anual de esos permisos, “el agachón” se mantiene vigente y es la primera opción para los que no pueden comprar prendas de vestir nuevas.
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Precios
Poco dinero, junto a tiempo y paciencia, se convierte en una fórmula para encontrar lo que se busca. Entre las hileras de tarimas, en algunos lugares sobresalen rótulos que anuncian hasta tres prendas por cinco lempiras.
“Si no lo encuentra aquí ni busque en otro lado”, es el popular eslogan que utilizan los dueños de estos negocios. En las tiendas hay miles de prendas con diferentes precios para hombres, mujeres y niños. Durante un recorrido, el equipo de este rotativo constató que el costo de la ropa que está en las tarimas es el menor y puede ser por unidad desde cinco, diez, veinte, treinta, cuarenta y cincuenta lempiras.
Por otro lado, en los largos percheros hay prendas seleccionadas en las que sobresalen reconocidas marcas en las etiquetas, esas piezas son llamadas “Premium” o “Seleccionadas” y generalmente las acomodan en el “área VIP”.
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El valor de esas vestimentas es variado y puede ser desde 80, 100 y hasta los 150 en el caso de camisas para hombre, de acuerdo con los comerciantes, las variables, como el precio de la paca adquirida, el alquiler del local y la cantidad de empleados puede influir en los precios. “Mi amor, para mujeres tenemos pantalones a 150, 250 y el mejor 300. Las blusas las tenemos a 40, 80 y clasificada desde 120 a 160”, detalló con precisión Ana Rivas, mientras acomodaba prendas a orillas de la segunda avenida, antes del “palo de hule”.
La atenta comerciante explicó que la primera semana de diciembre “hubo un levantón”, sin embargo, las ventas bajaron. Aunque las mejores fechas son antes del 24 de diciembre resaltó que los pagos tardíos del “aguinaldo” ayudan a que lleguen compradores después de Nochebuena.
Entre el movimiento de personas, Génesis Mendoza, otra vendedora, detalló que los precios de los jeans inician desde los 50 lempiras y llegan hasta los 300, en el caso de las mujeres desde 150 hasta 200.
Según economistas consultados, la temporada activa la necesidad de vestimenta, sin embargo el bajo nivel adquisitivo obliga a recurrir a prendas usadas.
Asimismo, advirtió que aunque esos negocios cubren tal necesidad, hay que considerar que la masiva importación de ropa de segunda es un riesgo para oficios como la sastrería y zapatería.
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