TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con un semblante que denota preocupación, siete conductores del punto de taxis La Joya-Centro decidieron reanudar sus actividades la mañana del miércoles.
Conscientes de que solo Dios sabe si podrán regresar a casa, externaron su impotencia ante la galopante extorsión y clamaron a las autoridades una inmediata solución.
El asesinato de uno de sus compañeros el pasado 25 de enero los obligó a suspender el servicio por tres días y medio, sin embargo, la necesidad los obligó a retomar el recorrido.
Los ruleteros surcan a diario más de media docena de colonias hasta llegar al olvidado centro histórico de la capital.
“Ahora nos toca pagar extorsión a una cuarta estructura criminal, esto es insoportable”, detalló con ojos inquietos un conductor afectado.
La determinación impactó directamente en sus usuarios. Shirley Artica, residente en la colonia La Joya, explicó que las pocas unidades que circulan obligan a los vecinos a caminar y buscar transporte hasta el punto de Residencial Plaza.
“Doble filo”
Mientras su mirada examinaba la estrecha calle detrás del Congreso Nacional, el chofer evidenció su desconfianza ante las autoridades.
A su criterio, el crimen se enquistó en las fuerzas de seguridad; denunciar las amenazas que reciben puede convertirse en una sentencia de muerte.
Según el dirigente Pedro Gómez, el flagelo de la extorsión ha logrado cerrar en los últimos años unos 30 puntos de taxis.
“Nosotros ponemos el dinero y los muertos, las cifras indican que hemos perdido a 2,300 compañeros, tenemos diez años de soportar esta cruz”, lamentó.
Aunque destacó las capturas que realizan los entes de Seguridad, recomendó aplicar medidas más disuasivas contra los delincuentes que se aprovechan de la gente trabajadora y redoblar la vigilancia en los puntos más afectados.
EL HERALDO recorrió ayer varios puntos de taxis y constató que en ninguno había presencia policial ni militar.
“Aquí los agentes solo pasan a veces, toman fotos y se van”, garantizaron algunos despachadores. Los diversos conductores abordados coincidieron en algo: “Hay que pagar para no morir”.
Insólito
Otro punto que labora a medio vapor es el de Buenos Aires-Los Dolores. La penumbra que provoca el “Hoyo de Merriam” es un problema menor, el mayor fue una ráfaga de disparos que provocó la desbandada de conductores desde las 2:00 de la tarde el pasado domingo.
“Estamos a unos 50 metros de la posta (Jefatura Metropolitana Número Uno) y aquí no hay seguridad, al parecer los delincuentes están ganando la partida al presidente de la República”, sentenció el conductor y dirigente Rony Figueroa.
Para evitar que la muerte llegue sobre ruedas, el conductor exigió seguridad permanente desde las 6:00 de la mañana hasta las 9:00 de la noche.
Fuerzas de Seguridad
En repuesta, el coronel Francisco Cámbar, comandante de la Fuerza Nacional de Seguridad del Transporte Urbano, garantizó que muy pronto ejecutarán “un proyecto” para combatir a los “infiltrados” dentro del rubro afectado.
“Estamos coordinando con los dirigentes del gremio para que vengan y afinemos detalles”, reveló. Por su parte, el portavoz de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), Mario Fu, afianzó que las labores de inteligencia para llevar seguridad a los siete mil conductores de taxis arreciarán.
Explicó que mientras los conductores no implementen medidas de “certificación” y “depuración” los infiltrados no disminuirán. Asimismo pidió confiar en las denuncias anónimas.
Temerosos por su vida, taxistas trabajan a medio vapor en el DC
Según la dirigencia del rubro, la extorsión ha logrado cerrar en los últimos años unos 30 puntos de taxis. Ruleteros del punto La Joya-Centro restablecieron ayer parcialmente el servicio suspendido el sábado
05.02.2020
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