Ese retorno a lo habitual ya comenzó, pero de forma gradual y transformada. Los expertos advierten que aunque surja una cura para el virus la vida no volverá a ser como antes.
Una buena parte de la población, empresas, instituciones y establecimientos de diferente índole, parecen no estar conscientes de ello. Hay quienes han comenzado a comportarse como si el virus se hubiese ido con la reactivación, o en otros casos, hay quienes -a cinco meses de la pandemia- viven sin tomarse las medidas con la importancia que requieren.
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Estos factores han sido más notorios en los días recientes, pues desde que hace aproximadamente dos semanas las autoridades nacionales decidieran incluir la reactivación del turismo interno, dentro del plan de reapertura económica, algunos capitalinos han acudido de forma masiva a los centros de recreación y esparcimiento, actitud que según expertos, no es del todo ilógico, ya que tras varios días de confinamiento es normal querer distraerse.
Otro punto importante para entender la situación, es que todos hemos estado expuestos a una gran cantidad de estrés familiar, laboral y económico, y si a esto le sumamos la preocupación constante de contraer el virus, la decisión de tomarse un tiempo libre para conocer lugares atractivos del país no suena descabellada.
Por otra parte, este rubro es uno de los más afectados por la crisis, ya que desde marzo -cuando se detectaron los primeros casos- tuvo que cerrar las puertas de manera ininterrumpida hasta ahora, por lo que en su afán por atraer a los visitantes han abaratado precios, creado tentadores paquetes y han prometido brindar todas las medidas de bioseguridad.
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De esa forma, con la visita de las familias y grupos de amigos, quienes dependen de esta actividad económica poco a poco podrán recuperarse del duro golpe que ha significado permanecer sin ingresos, sin embargo, la irresponsabilidad en el manejo del riesgo que aún persiste podría conllevar al cierre total de los establecimientos y a un retroceso en el plan de reapertura, generando un daño aún mayor.
Por eso, a continuación te planteamos algunas acciones simples que como turista puedes realizar y así colaborar no solo con el consumo y la entrada a los distintos sitios, sino con tu comportamiento en medio de la pandemia.
No cometer ni ser cómplice de la irresponsabilidad
Uno de los mejores ejemplos ocurre en el parque y zoológico El Picacho, situado en la capital hondureña, el cual abrió sus puertas al público el pasado 22 de agosto. En el centro recreativo se tomó la decisión de mantener cerrada el área donde los visitantes podían convivir con los animales y solo permitir el ingreso hasta los senderos, juegos y el monumento al Cristo.También se colocaron señalizaciones para recordarle a los turistas el distanciamiento recomendado por las autoridades de salud y las demás medidas de bioseguridad.
Sin embargo, en los últimos días, varias quejas se han dado por parte de algunos capitalinos que han acudido hasta este lugar, ya que afirman que no se cumple con reducir el aforo de personas, lo que genera aglomeraciones al interior. En este sentido, usted puede ser parte del cambio, al no aceptar ingresar a lugares en donde será difícil estar distanciado del resto de visitantes. En su defecto, puede planificar su salida con tiempo y reservar su cupo, o pensar en opciones menos comunes que pueden resultar igual de placenteras.
Otro factor que sobresale en los últimos días, es muchos creen que en los espacios abiertos no es probable contagiarse y por eso no usan mascarillas cuando recorren centros de mucha extensión, pero los médicos sostienen que en aún en esas circunstancias hay riesgo de hasta un 50%. ¡Usar una mascarilla sí hace la diferencia!
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Respetar las reglas es la clave para la reactivación
En sitios como el parque La Tigra, a escasos kilómetros de la capital, las reglas son claras, solo se permite la visita por medio de reservación y diariamente no pueden ingresar más de 100 personas.Por otra parte, los grupos no deben exceder más de 5 personas y en algunos senderos el recorrido debe hacerse acompañados por un guía, para que este verifique el cumplimiento de las medidas de bioseguridad.
Al igual que aquí, hay zonas como el Cerro Juana Laínez, donde se puede pasar un día ameno en compañía de amigos y familiares o simplemente realizar ejercicio, para entrar solamente se debe pagar una módica cantidad y cumplir con el distanciamiento y la desinfección previa a hacer su ingreso.
Busca otras opciones
La capital hondureña y sus alrededores -al igual que el resto del país- tiene diversas opciones para realizar turismo, desde montañas y naturaleza, hasta pintorescos pueblos y lugares para nadar, todo esto, a pocos minutos de la ciudad.Considerar otras opciones para divertirse no solo ayuda a evitar aglomeraciones en otros sitios, sino que permite ayudar económicamente a los habitantes de otros sectores.
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Entre algunos de ellos podemos mencionar a los municipios de Santa Lucía, Ojojona, Reitoca, Santa Ana, Valle de Ángeles, Talanga, San Juancito, etc.
O bellos parques y locaciones como el Aurora, San Matías, el parque eólico, fincas y balnearios.
Lo más importantes es que a donde quiera que vayas recuerdes acatar todas las medidas de bioseguridad, por ti, por tu familia y acompañantes, por los demás turistas y por aquellos que seguirán ahí cuando tu te vayas, es decir las personas que trabajan en los centros de recreación y alrededores.