TEGUCIGALPA, HONDURAS-. Una invasión naranja de creatividad, arte, sabor y diversión hizo que los capitalinos retornaran orgullosos a los centros históricos de Tegucigalpa y Comayagüela.
Las pláticas, risas y juegos invadieron, como en sus mejores tiempos, las principales plazas del centro de la capital.
Desde tempranas horas del sábado decenas de personas se reunieron en la Plaza Central y el parque El obelisco para disfrutar de las actividades que desarrolló el II Festival de Naranja 2019 edición de verano.
Invitación cultural
En el marco del Día Mundial del Teatro, que se celebró el pasado 27 de marzo, en el paseo Liquidámbar se realizó un desfile bufo donde participaron los estudiantes de la Escuela Nacional de Arte Dramático y elencos de cuadros teatrales de Comayagua y San Pedro Sula.
Al ritmo de los tambores se desarrolló un recorrido de color y arte, desde la concha acústica hasta el teatro Manuel Bonilla.
Los capitalinos con asombro y alegría miraban a los artistas interpretar a personajes de la edad media, piratas y monstruos, entre otros.
Sana diversión
El parque El Obelisco, ubicado en la segunda avenida de Comayagüela, fue el otro punto de encuentro para disfrutar de la comida típica hondureña, danzas folclóricas, artesanías, música de marimba y muchos juegos tradicionales.
“Queremos promover una zona de Comayagüela, para rehabilitar espacios que han estado olvidados. Buscamos que haya fuentes de empleo a través del emprendimiento”, expresó Ana Santos, directora del proyecto Comayagüela Ciudad Digital.
En ambos centros históricos de las ciudades gemelas se instalaron alrededor de 30 emprendedores quienes exhibieron sus pequeñas empresas de comida, artesanías y telas lencas.
Otro de las apuestas importantes de los organizadores es desarrollar estos proyectos de la mano con las nuevas tendencias tecnológicas.