TEGUCIGALPA, HONDURAS.-En la víspera de su 442 aniversario, la capital de Honduras, Tegucigalpa, aloja más de cuatro siglos de historia.
Entre sus cerros y callejones angostos una vez circularon carretas y esclavos, también pueblos originarios sucumbieron con el mestizaje.
En la actualidad la infraestructura colonial lucha por destacar ante los grandes edificios que adornan el paisaje y se mezclan entre los cerros que una vez tuvieron plata.
Mirar al pasado y recordar que un grupo de mineros furtivos reveló en 1578 la existencia del otrora pueblo minero, abre una ventana de recuerdos y nostalgia rescatados por historiadores hondureños entrevistados por EL HERALDO.
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Siglos XVI y XVII
En una crónica que data de 1580, se conoce que el 29 de septiembre de 1578 mineros provenientes del valle de Siria llegaron al río Grande, por el lado del caprichoso cerro
El Berrinche.
Según el historiador Edgar Soriano, la explotación del abundante mineral llegó a oídos de Pedro de Alvarado en la actual Guatemala y en 1579 se nombró al capitán Juan José de la Cueva, titular de la Alcaldía Mayor de la Real de Minas de Tegucigalpa.
A inicios del siglo XVII, Tegucigalpa fue ubicada como el centro político de la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa, es decir un territorio que abarcaba Choluteca, Valle, El Paraíso y todo Francisco Morazán.
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Siglos XVIII y XIX
Poco después de mediados del siglo, en específico en 1761, se le concedió el título de villa y el nombre de Real Villa de San Miguel de Tegucigalpa y Heredia.
El cambio surgió por una determinación del mariscal Fernández de Heredia que se encontraba en Gracias.
Asimismo, se inicia la centralización política y se elimina la jurisdicción de la Alcaldía Mayor con la instalación de un subdelegado.
En su explicación, Soriano destacó en el siglo XIX la llegada de élites relacionadas al negocio del ganado, minas y el comercio. También surgen las protestas contra la centralización borbónica y la restauración de la Alcaldía Mayor en 1802.
“Cuando se proclama la independencia, Tegucigalpa solicitó integrarse a la capital de Guatemala, Comayagua acepta la independencia, pero exige subordinación, ambas ciudades entraron en conflicto”, recordó.
Sin embargo, mencionó que las autoridades otorgaron el título de ciudad a Tegucigalpa el 11 de diciembre de 1821.
La rivalidad entre Comayagua y Tegucigalpa finalizó cuando el gobierno de Marco Aurelio Soto estableció a Tegucigalpa como la capital de la República el 30 de octubre de 1880.
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Siglos XX y XXI
En 1937 se funda el municipio del Distrito Central y anexa a Comayagüela como la “ciudad gemela” de Tegucigalpa y Honduras se convierte en el único país del mundo en tener dos ciudades como capital.
Asimismo, en 1976 el Congreso del nuevo distrito se denomina Consejo Metropolitano del Distrito Central y en 1986 se consideró de nuevo la Alcaldía Municipal. En esa fecha se elige por primera vez de manera democrática al alcalde Rodimiro Zelaya. En la Tegucigalpa de la actualidad destaca el crecimiento urbanístico y se contabiliza una población de casi dos millones de habitantes.
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Patrimonio y legado
Para Soriano, implementar la Ley de Patrimonio Cultural en 1983 propició que se trastocara la infraestructura del centro histórico. Aún así, edificios de origen colonial como las iglesias de San Miguel Arcángel, San Francisco, La Merced, resisten el paso del tiempo y emanan historia.
“Después de la independencia adquirimos riqueza arquitectónica republicana con formas mixtas, grandes casas con corredores, grandes balcones como la Casa Morazán”, mencionó. Recordó que con las reformas liberales surgieron edificaciones como el Museo de Identidad Nacional, el Correo Nacional o el Teatro Manuel Bonilla, que aún revisten de valor el centro de Tegus...
