El espacio interactivo de 750 metros cuadrados (8.000 pies cuadrados) abre el viernes para una celebración de unos seis meses con un lago pegajoso para caminar descalzos y un bar de “hágalo usted mismo”. Los visitantes también podrán ponerse gafas protectoras y un poncho y bañarse en la sustancia, que tiene muchos seguidores pero un impacto cuestionable sobre el medio ambiente.
El museo creado por Karen Robinovitz, Sara Schiller y Toni Ko, el Sloomoo Institute, es el más reciente de los pop-ups que llegan a Nueva York, después de 'Friends' y el Museo del Helado, antes de viajar a otros lugares.
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La idea, dijeron las fundadoras durante una presentación previa a la inauguración, es simple: difundir los poderes relajantes y rejuvenecedores del slime. ¿No lo cree? Un rincón con una máquina que hace electrocardiogramas está ahí para mostrar lo que sucede en el cerebro cuando uno interactúa con slime.
También hay una cueva donde la sustancia brilla en la oscuridad y un túnel de ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) para mostrar sus cualidades visuales y auditivas, ampliamente difundidas en YouTube.
'El aspecto de redes sociales del slime realmente ha mostrado una comunidad', dijo Robinovitz. 'Existe mucha sensibilidad en el mundo de que las redes sociales pueden aislar a la gente. Lo que nosotras hemos visto en el mundo del slime es que la gente se está acercando'.
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Hay convenciones de slime, tiendas en línea y eventos con influencers que atraen a miles de fanáticos.
Sin ser exactamente sólido o líquido, el slime a menudo se hace mezclando el producto de limpieza de base mineral Borax, pegamento y agua, además de aromas líquidos, colores y 'aderezos' que incluyen pequeños juguetes y escarcha a base de plástico. Algunas variaciones se hacen con arcilla.