NUEVA JERSEY, ESTADOS UNIDOS.- “No damos propina a inmigrantes”, fue el escrito que una mesera encontró cuando limpiaba el lugar donde una pareja de estadounidenses había disfrutado de su comida.
El hecho se registró en un restaurante en Nueva Jersey, donde los visitantes se habían llenado en elogios por la comida, además por el local, pero la xenofobia corría por su sangre al escuchar a la muchacha que los atendía, hablar español.
“Don’t tip immigrants (No damos propinas a inmigrantes)”, se leía en letra grande y negra. La palabra inmigrantes estaba subrayada cinco veces y acompañada de signos de admiración.
El mensaje era dirigido para Lorena Bossi, una joven nacida en Estados Unidos de padres uruguayos, quien denunció la acción racista a través de sus redes sociales.
“No puedo estar más triste, especialmente porque en este trabajo dependo de las propinas. Seguro que volverán y los atenderé con la misma amabilidad porque no tengo odio en mi corazón. Compartan amor y no sean ignorantes. Sinceramente, una orgullosa latina', escribió Bossi.
Por su parte, el propietario del local, Santiago Orosco, un argentino que llegó a EE UU junto a sus padres en 1991 desde Argentina, lamentó la situación y confirmó lo que había hecho la pareja.
“Si fuera a un restaurante chino y la gente hablara chino, ¿reaccionaría de la misma manera? Si la gente hablara francés o alemán, ¿habría dejado la nota?. Se supone que mi negocio es un restaurante amable y acogedor, y mi familia y yo trabajamos para lograr lo que tenemos hoy. No necesitamos ese odio aquí'.
El hecho se registró en un restaurante en Nueva Jersey, donde los visitantes se habían llenado en elogios por la comida, además por el local, pero la xenofobia corría por su sangre al escuchar a la muchacha que los atendía, hablar español.
“Don’t tip immigrants (No damos propinas a inmigrantes)”, se leía en letra grande y negra. La palabra inmigrantes estaba subrayada cinco veces y acompañada de signos de admiración.
El mensaje era dirigido para Lorena Bossi, una joven nacida en Estados Unidos de padres uruguayos, quien denunció la acción racista a través de sus redes sociales.
“No puedo estar más triste, especialmente porque en este trabajo dependo de las propinas. Seguro que volverán y los atenderé con la misma amabilidad porque no tengo odio en mi corazón. Compartan amor y no sean ignorantes. Sinceramente, una orgullosa latina', escribió Bossi.
Por su parte, el propietario del local, Santiago Orosco, un argentino que llegó a EE UU junto a sus padres en 1991 desde Argentina, lamentó la situación y confirmó lo que había hecho la pareja.
“Si fuera a un restaurante chino y la gente hablara chino, ¿reaccionaría de la misma manera? Si la gente hablara francés o alemán, ¿habría dejado la nota?. Se supone que mi negocio es un restaurante amable y acogedor, y mi familia y yo trabajamos para lograr lo que tenemos hoy. No necesitamos ese odio aquí'.