Wettlaufer cumple una sentencia de cadena perpetua después de que se declaró culpable en 2017 de matar a los pacientes con sobredosis de insulina e intentar acabar con la vida de otros cuatro.
En un informe difundido el miércoles, la comisión señaló que las fallas del sistema derivan en parte de la falta de concientización del peligro de que los empleados maltraten deliberadamente a los pacientes.
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La comisión expuso 91 recomendaciones para prevenir esos delitos que incluyen medidas para crear conciencia sobre la presencia de asesinos seriales en el sector de salud y para dificultar el desvío de medicamentos por los empleados.
Pidió al Ministerio de Salud de Ontario que asigne entre 50,000 y 200,000 dólares a cada residencia para mejorar la supervisión del manejo de los fármacos. También dijo que se deberían investigar más las muertes de pacientes en centros de atención de largo plazo.
Wettlaufer era empleada de Caressant Care Nursing and Retirement Homes, que opera 15 instalaciones en pequeños pueblos de Ontario.
La policía dijo que siete de las víctimas murieron en una residencia de Caressant en Woodstock, una localidad que cuenta con una población de 37,000 habitantes. También era empleada de la instalación de Meadow Park en London, Ontario.
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