En junio de 2010, Maisha Najeeb, que en aquel entonces tenía 10 años, fue sometida a una operación en el Hospital Great Ormond Street por problemas con el flujo arterial.
Le hicieron una embolización, una operación que disminuye el flujo arterial del cerebro a través de la inyección de un pegamento especial para reparar los vasos sanguíneos.
Este procedimiento va precedido por la introducción de un líquido de contraste que permite controlar la circulación de la sangre.
Sin embargo, de acuerdo con la abogada de la víctima, Edwina Rawson, los médicos confundieron las jeringas que contenían el pegamento especial y el líquido de contraste. Como resultado, el pegamento fue introducido por error dentro de la arteria cerebral de la niña.
El error médico, tachada de negligencia por la defensa de la
niña, provocó un deterioro permanente en la función cerebral.
Maisha Najeeb, ahora de 13 años, permanece en una silla de ruedas y ha perdido gran parte de las capacidades físicas y mentales.