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Hombre despilfarra su dinero al comprar un condón por 600 euros

Un subastador de Ámsterdam no lo pensó dos veces para cumplirse el 'pequeño capricho' de comprarse un preservativo que tiene más de 200 años de antigüedad

19.05.2018

Lyon, Francia
Infinidad de personas son inundadas por la extravagancia, misma que además de sorprendente resulta curiosa, puesto que algunos están prestos a hacer o a pagar por un producto, objeto o preservativo una enorme cantidad de dinero.

Lo que tal vez para muchos sería un despilfarro, hay quienes lo ven como una inversión, o la posibilidad de llevarse un pedazo de la historia consigo. Tal fue el caso de un subastador de Ámsterdam que no lo pensó dos veces para pagar por un condón -que posiblemente no utilice- 600 euros.

Un 'bello' capricho
Así como lo lee, 600 euros fue lo que canceló el 'emocionado' hombre, a un vendedor francés, para poseer esta curiosa pieza de unos 200 años de antigüedad, cuyo precio inicial comenzó en 1 euro con un estimado que no superaría los 300; pero que 38 personas se encargaron de disputarse hasta alcanzar la cifra de venta mencionada de € 600.

Este preservativo, consta de una longitud de 19 centímetros y fue elaborado de intestino de oveja, y a pesar de su antigüedad, al parecer estaba muy bien conservado. Tras la famosa subasta, esta pieza ha logrado convertirse en única y rara entre los condones.

Esta es la imagen del preservativo más caro del mundo.

Esta es la imagen del preservativo más caro del mundo.


La negociación se llevó a cabo a través de Catawiki, la mayor casa de subastas online de Europa, quienes certificaron la procedencia del artículo, y explicaron que este tipo de preservativos fueron utilizados desde el siglo XVIII hasta el XX.

Curiosidades
Una de las características que más llama la atención de este condón, es su tamaño de 19 centímetros, ya que para la época, los preservativos de los que se tiene data, medían alrededor de 15 centímetros, adicionalmente, superando el promedio de los actuales, cuya longitud media es de aproximadamente 18 centímetros.

Otra de las particularidades de los condones fabricados desde el siglo XVIII, era que se recomendaba sumergirlos en leche tibia antes de usarlos para evitar o prevenir enfermedades.

Sin embargo, desde la llegada de los preservativos de caucho en el siglo XIX, su fabricación masiva permitió bajar su precio, por lo que su uso cobró auge y se popularizó.