El 3 de septiembre, el hombre presentó una denuncia en la comisaría después de haber ido a peinarse a este salón de la pequeña ciudad bretona.
El empleado de la peluquería 'le puso un gel en el pelo, tomó un encendedor y lo encendió en el cabello. La víctima se asustó y sufrió quemaduras en la frente', explicó a la AFP el comandante de división Daniel Kerdraon.
'Nos sorprendió esa historia, no entendimos por qué le prendió fuego al cabello', añadió.
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Tras una investigación, los policías determinaron que el peluquero había intentado 'la técnica egipcia, llegada recientemente a Francia, donde se quema una parte de los cabellos para hacerlos más maleables al peinado, más bien para cabellos rizados', según la misma fuente.
Ahora bien, el empleado de la peluquería, un libio de unos treinta años, que no habla una palabra de francés, 'no dominaba esta técnica'.
A continuación se descubrió que el dueño de la peluquería, un mecánico, no tiene un título profesional, ni tampoco los tres empleados.
Kerdraon dijo que la peluquería 'no puede reabrirse porque no hay una patente profesional' y señaló que la investigación aún no determinó el alcance del trabajo clandestino y el fraude fiscal.