Un joven ladrón escogió el peor lugar de su vida para realizar su fechoría... o a la víctima equivocada. El malhechor ingresó a un estudio de tatuajes a robar, pero salió con una leyenda tatuada en su frente. ¡Seguro está arrepentido!
El dueño del local lo encontró adentro y tomó su máquina de tatuar y escribió en su frente la leyenda: 'Yo soy un ladrón'. Y como todos saben, este tipo de tinta en la piel lleva un proceso largo para desaparecer a través de un tratamiento.
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Al parecer el chico andará por un largo tiempo esas palabras y seguro será observado por todos lados donde pase. Las letras son grandes, mal hechas y demasiado visibles para que pase desapercibido.
La fotografía del tatuaje y el video del momento en que era rayado el malhechor fueron subidos a las redes sociales, donde ha despertado un debate entre las personas que critican el accionar de la víctima y otros que lo apoyan.
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