Los muñecos de trapo tienen brazos, piernas y rostros dibujados. Algunos muñecos tenían pegados recortes de rostros de personas a las que pretendían hacerles daño mediante magia negra, según vecinos de la zona.
Victoriano Castillo Moncada, habitante de Danlí, descubrió que el rostro de su hija y su yerno estaban entre los ' pichingos' descubiertos. 'Ellos son de Tegucigalpa y no se quién les quiere hacer daño', refirió.
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De acuerdo a residentes de Danlí la falta de vigilancia y el muro perimetral -que no es muy seguro- provoca que personas utilicen el camposanto para beber, drogarse y hacer otras actividades.
“Uno mira gente que entra al cementerio, pero no le pone atención porque supuestamente es gente conocida, pero hay gente que no demuestra que practica brujería y si lo hace”, expresó Alfredo González, administrador del cementerio.
La tumba sobre la que se hallaron los muñecos de brujería pertenece a un hombre que murió hace 25 años, pero de acuerdo al administrador la habrían utilizado sin consentimiento de los familiares.
En medio del asombro por el extraño hallazgo, varios vecinos se unieron y tras realizar oraciones a Dios decidieron quemar los ' pichingos'.